La temporada vaquera cuelga de un hilo cuando los Pieles Rojas de Washington hagan su peregrinaje al AT&T Stadium de la ciudad de Arlington, Texas. Con dos equipos con marcas de 5-6, la carrera para un comodín es la única manera de colarse a la gran fiesta que comienza en el 2018.
No hay duda que las Águilas (10-1) son el seguro campeón divisional, mientras que los Santos de Nueva Orleans y Panteras de Carolina con sus marcas de 8-3 comandan su propio destino, ya sea como propio campeón de la NFC Sur así como el más seguro de los comodines.
La Norte parece ser de los Vikingos (9-2) del pimentoso Mike Zimmer, mientras que la oeste sigue en el aire con los Carneros (8-3) y los Halcones Marinos (7-4) buscando no perder el paso. Para el equipo de Jason Garrett ya no hay para donde moverse rumbo a la recta final de la temporada regular.
Lo malo es que los Vaqueros parecen haber perdido el ángel, luego de tres derrotas consecutivas donde la ofensiva ha sido tema de discusión en cuanto a si Dak Prescott puedo o no cargar con la losa. Hasta el momento la respuesta ha sido un contundente no, luego de intercepciones y la falta de verticalidad en el juego terrestre, señal de que este equipo simplemente no es el mismo sin un tal Ezekiel Elliott.
Por su lado, los pupilos de Jay Gruden siguen con su propio drama involucrando a su mariscal de campo Kirk Cousins. Las especulaciones alrededor del jugador siguen, y el gerente general del equipo capitalino Bruce Allen continua alargando dichas incógnitas que si el jugador es parte del futuro del equipo o si simplemente es una resolución a corto plazo, tomando en cuenta que pudiera tener la etiqueta de jugador franquicia por tercera temporada consecutiva para el 2018.
Dentro de todo, existe la posibilidad de un juego de toma y daca ante un lleno en juego a nivel nacional de jueves en la noche, lo interesante será cuanto tiempo se quedará el respetable para presenciar un duelo entre equipos de media tabla.
Clave 1 – Donde anda un tal Dak. Desde aquel Waterloo en Atlanta, la ofensiva del coordinador Scott Linehan simplemente ha perdido el camino. Primero fue la falta de Elliott, sin duda un factor, pero con un establo sólido de corredores tal parecería que se pudiera solventar esta ausencia. Luego la salida del tackle izquierdo Tyron Smith y el surgimiento de un tal Adrian Clayborn aquel domingo ante los Halcones Negros tomó por sorpresa a propios y extraños, mas que nada por la falta de personal capacitado para resolver posición tan clave. Ante las Águilas y los Cargadores fue pan con lo mismo, siendo Prescott el responsable de sacar agua del pozo, pero en su afán de ser el héroe de la película, sus bonos han bajado al grado que de pronto se duda de su capacidad de cargar con el equipo por si mismo. Ha llegado el momento de que el futuro del equipo de los Vaqueros demuestre que tiene lo necesario para retomar las riendas del equipo, no solo para sus seguidores y compañeros, pero para él mismo.
Clave 2 – Juego de piernas. Con la salida de Darren McFadden terminó uno de los capítulos más extraños de recién memoria en la NFL. Con toda la especulación alrededor del juego terrestre vaquero, el congelar al veterano hasta la resolución en cuanto a Elliott tomaba en cuenta que la explosividad de McFadden tomaría el escenario. Su activación en Atlanta contrajo un escaso acarreo para -2 yardas, y su ausencia en las siguientes dos semanas por fin resultó en que lo dejaran en libertad para su subsecuente retiro del juego. Con todo esto en los libros, el juego terrestre es de Alfred Morris y Rod Smith, cuya limitante tiene que ser factor al momento de armar el paquete ofensivo. Establecer el juego de piernas es crucial para Jason Garrett, en particular el poder contar con la jugada de atracción y la optativa de lectura que ha sido muy efectiva para Prescott. El hecho de mantenerse dentro del juego le dará la posibilidad de seguir corriendo el balón, y para ello es vital que encuentren las diagonales y no andar conformándose con intentos de gol de campo.
Clave 3 – No es si ni no, sino todo lo contrario. El momento por el que pasa la ofensiva vaquera es frustrante al grado de añorar esos días de mover el balón con singular alegría, controlar el reloj de juego, dominar la línea de golpeo y ser un aliciente para la defensiva. Esta ya no es la formula. Prescott nunca ha podido responder al llamado del juego vertical en cuanto al pase largo, siendo su puntería en pases al centro su tarjeta de presentación aunado con una bolsa de protección móvil y su juego de piernas. Ha llegado el momento de definirse en este nuevo paradigma, viendo que de pronto hay limitantes en todos los aspectos ofensivos siendo esta causa y efecto de una nueva personalidad al momento de mover el balón. Es tiempo ahora de buscar estirar el campo de juego al liberar a Dez Bryant y Brice Butler en trayectorias largas y explosivas, con la amenaza del pase corto con Cole Beasley, Jason Witten y la dupla de corredores, que lejos de consumir tiempo del reloj resulte en visitas a las diagonales. Ya no es tiempo de presumir la mejor línea ofensiva de la liga, es tiempo de jugar con urgencia bajo el mando de un mariscal de campo que busca redefinirse entre los elite de la liga.
Clave 4 – Una defensiva por comité. La falta de Sean Lee ha sido notoria, y ahora la tripulación de apoyadores vaqueros tiene la nueva de que tanto Anthony Hitchens y Justin Durant llegaron tocados a esta semana corta de preparación. El corredor Samaje Perine es el caballito de batalla de los capitalinos, y Cousins cuenta con un aceptable juego aéreo con Jamison Crowder y un resurgente Josh Doctson, el problema siendo el estado físico del ala cerrada Jordan Reed, que no figuró en la victoria 20-10 ante los Gigantes de Nueva York el jueves pasado. Para Rod Marinelli, cuyo puesto al mando de la defensiva de nuevo parece estar en veremos, es vital que despierten sus huestes con capturas sobre un Cousins, que visitó la lona en seis ocasiones la semana pasada. De nuevo Byron Jones estará en el ojo del huracán y su labor de coberturas será vital para cerrarle los caminos por aire al contrario, mientras que también haga acto de presencia ante la presente situación de el cuadrilla de apoyadores.
Clave 5 – Otro capítulo en la rivalidad. Ante el universo de la NFL, el ver a estos dos equipos enfrentarse a nivel nacional es cosa cotidiana. Claro que sería mejor que fuera por el primer lugar de la división, pero en este caso, con dos equipos con marcas perdedoras, este juego pudiera pasar desapercibido. Ambos equipos andan urgidos y tanto Garrett como Gruden estarán obligados a salir de su zona de confort en busca de una victoria que lejos de ser convincente sea por lo pronto una bocanada de oxígeno hacia su siguiente compromiso. Una derrota los hunde a la segunda división con las posibilidades de jugar en enero prácticamente nulas, y la presión de no perder tiene que ser una arma de doble filo, porque no hay como entrar al terreno de juego con la consigna de confiar en sus armas, en particular a la ofensiva, y en el caso de estos Vaqueros de Dallas desafortunadamente ahí es donde comienza la gran duda.