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La derrota ante Arizona les sale cara a los Cowboys 

Dak Prescott_arizona

ARLINGTON, Texas – A los Cowboys salió más cara la derrota ante los Arizona Cardinals de lo que muchos hubieran imaginado antes de la patada de salida.

Los Cowboys casi dejaron por completo en su AT&T Stadium este domingo la posibilidad de conseguir la mejor marca de la Conferencia Nacional, que hubiera otorgado el derecho a esperar los playoffs hasta la ronda divisional y descansar en la de comodines.

De hecho, cayeron hasta el cuarto sitio, atrás de los Green Bay Packers, Los Angeles Rams y Tampa Bay Buccaneers, sobre los que estaban en la tabla de posiciones, gracias a su mejor récord en el criterio de desempate, dentro de la Conferencia.

Es importante, porque en caso de que superen la primera ronda, con la segunda siembra es un hecho que recibirían en la segunda, en la divisional, partido en su casa.

"Empezamos muy lentos a la ofensiva", dijo el receptor Amari Cooper. "Contra un buen equipo como ese, de alto poder, no puedes comenzar así. Tenemos que convertir en tercer down, tenemos que salir a anotar en cada oportunidad que tengamos".

"Es el tipo de ofensiva que somos", agregó. "Ya sea con gol de campo o touchdown, pero hay que meter puntos".

Pero la peor parte de la derrota del domingo, sin duda alguna, fue la pérdida para el resto de la temporada por lesión de rodilla del receptor Michael Gallup; ese jugador que sin hacer tanto ruido ha sido el de las recepciones mágicas, espectaculares y sobre todo, las más importantes en situaciones trascedentes en corto o largo yardaje cuando el quarterback Dak Prescott tenía que soltar presión.

La imagen que deja en su última jugada es la que ha tenido siempre con los Cowboys: El de la recepción espectacular, ganando pases divididos por alto con la concentración suficiente para controlar el balón, poner los pies dentro del campo y completar la jugada.

Esta vez, sin embargo, esa misma decisión y habilidad dejarán a Cowboys sin él para el resto del camino y quizá fue la última vez que se vestirá con los colores azul y plata porque es agente libre al final de la temporada y el tope salarial, jugando junto a Cooper y CeeDee Lamb, hacen complicada su renovación de contrato.

"Es muy duro", reconoció Cooper. "Ya vieron su habilidad para hacer jugadas y su rudeza mental. Me dijo que oyó cómo tronó (su rodilla) ante de cachar el balón. Es tan rudo que todavía así hizo la jugadas, aunque sabía que estaba lastimado".

De no ser por el touchdown de Gallup, los Cowboys hubieran terminado la primera mitad en blanco, después de 30 minutos de juego impreciso de la ofensiva, encabezada por Dak Prescott, quien pareció el de la mayor parte de la segunda mitad del año: Impreciso y con dudas al ejecutar las jugadas.

Si los Cowboys, ya con el campeonato divisional asegurado quieren trascender en playoffs, tendrán que regresar a ese ataque que parecía imparable en los primeros seis juegos de temporada.

Pero no sólo es Prescott. Los receptores, incluidos Cooper, Lamb, Dalton Schultz y hasta los corredores Tony Pollard y Zeke Elliott sueltan pases que son atrapables por completo.

El juego por carrera ya sólo es una leyenda en Dallas. Hace tiempo que ninguno de sus corredores supera por si mismo las 100 yardas y mucho tiene que ver la línea ofensiva, que contra Arizona lucía lenta y falta de ejecución, además de cometer castigos cuando parece que el backfield comienza a tener ritmo.

"En realidad nunca conseguimos ritmo", señaló Elliott. "En realidad nunca pudimos hacer mucho, como la semana pasada. Tenemos que jugar mejor, empezar más rápido. Tenemos que ejecutar para ser capaz de jugar en tiempos y movimientos correctos".

Habrá que sumar que su defensa estuvo lejos del nivel que han mostrado las anteriores ocho semanas. El quarterback Kyler Murray completó 26 de 38 pases para 263 yardas y par de touchdowns y fue casi imparable en tercera oportunidad.

Esta vez, desaparecieron las intercepciones y entrega de balón de la defensa a su ofensiva, después de que en los cuatro partidos anteriores, habían recuperado del rival en múltiples ocasiones.

Los Cardinals convirtieron siete de 16 terceras oportunidades, pero hubo un momento en el partido en que habían concretado cinco de ocho. Anotaron puntos en cinco de sus primeras seis series ofensivas…

"Esto nos enseñó que hay cosas que limpiar", dijo el linebacker Micah Parsons. "Es uno de esos días en que nos derrotamos a nosotros mismos. Sé que podemos jugar mejor. Tenemos que regresarle el balón a nuestra ofensiva. Tenemos que evitar jugadas grandes, en especial en tercera. Pero vamos a aprender de todo esto".

Los equipos especiales tuvieron su culpa. Greg Zuerlein falló el gol de campo en el primer cuarto, que al final pudo ser la diferencia en el marcador.

"Todos pudimos hacer mejor las cosas", dijo el entrenador Mike McCarthy.

Quizá fue un buen momento, después de que los Cowboys frenaron una racha de cuatro victorias consecutivas, todas contra equipos que verán la postemporada por televisión. Pero tienen tiempo para poner los pies en la tierra de ambos lados del balón y tratar de entrar en ritmo.

El domingo próximo cierran la temporada regular en Filadelfia, con mucho por qué competir aún, como la mejor clasificación en la conferencia, pero sobre todo para llegar a la siguiente fase con confianza, menos presión y mejor juego.

"Tenemos que prepararnos mejor y trabajar duro", dijo Prescott. "Tengo mucha confianza en este equipo y vamos a regresar fortalecidos".

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