Todo parecĂa propicio para una merecida victoria vaquera, estando en casa, luego de batallar en el desierto ante los Cardenales de Arizona.Â
El detalle fueron los de Los Ăngeles que aun abajo en el marcador nunca se dieron por vencidos. Jared Goff fue el lĂder de una marabunta sin cuartel, llevĂĄndose una sĂłlida victoria ante los Vaqueros anfitriones 35-30, donde fueron varios los hĂ©roes por parte del equipo visitante.
QuizĂĄ fueron los acarreos de Todd Gurley en la segunda mitad. O los siete goles de campo de Greg Zeurlein que los mantuvieron en el juego mientras Dak Prescott remaba contra la corriente. Inclusive, pudieron haber sido los ajustes certeros del coordinador defensivo carnero Wade Phillips que fueron artĂfices de la victoria.
Sea lo que sea, y como dirĂa el propio Jason Garrett, serĂĄ hasta ver el video que se sepa en realidad y de manera desmenuzada lo que sucediĂł en el AT&T Stadium la tarde del primero de octubre del año presente.
Los Vaqueros estuvieron arriba de pronto 17-6, e inclusive 24-16, pero nunca pudieron cerrar la pinza para apagar al equipo del novel entrenador en jefe Sean McVay. Ellos pudieron solventar 19 puntos sin respuesta en la segunda mitad para poner su marca en 3-1, mientras que los Vaqueros cayeron a 2-2 con vistas a recibir a los Empacadores de Green Bay en la jornada nĂșmero cinco de la NFL.Â
No hay duda que hubo momentos donde el mismo Jerry Jones ha de haber vacilado entre la realidad y la ficciĂłn. El pase a las manos de Terence Williams buscando convertir uno de los tres intentos de dos puntos que hubiera empatado el marcador a 32 fueron de las cosas que mantuvo al fanĂĄtico al filo de la butaca.
El ver a Williams soltar un pase en la recta final que tambiĂ©n le pegĂł en las manos que hubiera convertido un primero y diez no solo valioso para mover las cadenas, pero tambiĂ©n para seguir moviendo el balĂłn en ofensiva de dos minutos, fue como para jalarse no solo las greñas pero tambiĂ©n las del prĂłjimo.Â
Antes del encuentro la duda era que si Ezekiel Elliott todavĂa tenĂa algo en el tanque, el cual respondiĂł con dos anotaciones y combinĂĄndose para 140 yardas por aire y tierra, con una anotaciĂłn aĂ©rea y otra por tierra, ambas netamente espectaculares.Â
Lo malo es que su homĂłnimo carnero Gurley tuvo mĂĄs de 200 yardas combinadas, y las mĂĄs crĂticas en la segunda mitad cuando mĂĄs se necesitaban.
PesĂł la falta del pimentoso Sean Lee, que fuera congelado justo antes del juego con tirĂłn en la pierna que lo marginara durante toda la semana. Jaylon Smith, Justin Durant y Damien Wilson hicieron lo que se pudo, pero hay algo del cĂĄntaro que va demasiando al agua... se rompe.Â
Dak Prescott rindiĂł, se esforzĂł, pero en momentos fue errĂĄtico. Sus nĂșmeros delatan una falta de personalidad ofensiva del equipo de Scott Linehan que simple y sencillamente no pudieron aprovechar la ventaja de puntos en la primera mitad, y mĂĄs que nada, la ventaja de jugar en casa.Â
Pesado fue el balĂłn suelto del especialista Ryan Switzer del segundo cuarto cuando en patada de despeje de Johnny Hekker en busca de un encajonamiento cotidiano, de pronto el novel muchacho arriesga sin tener que hacerlo y con su pifia le da el ovoide a los Careneros en la sombra de sus propias diagonales. Cinco jugadas despuĂ©s Goff encontraba al novato Cooper Kupp para lo que parecĂa un inofensivo 17-13.
Pero la clave fue que mientras los Vaqueros estaban arriba, ante su aficiĂłn y con todas la canicas, no pudieron con los siete goles de campo de Zeurline, que lejos de dominar el panorama en un deporte que no perdona el que se conforma con tres en lugar de seis, fueron suficientes ante una ofensiva vaquera que no le pudo seguir el paso.
Les espera un larga semana a Garrett y compañĂa, teniendo que responder a tanta pregunta del porque no se pudo hacer esto y que sucediĂł con aquello otro.Â
Lo cierto es que con marca de 2-2 los muchachos que hacen casa en The Star en Frisco van a buscar dejar esto atrĂĄs, no sin antes ver detenidamente el video intentando poder descifrar lo ocurrido en Arlington, Texas la tarde del domingo.
Un juego cerrado, pero donde la carencia fue del lado azul y plata.  Â












