La promesa de escudriñar el factor de la falta de presión al mariscal de campo contrario ante Green Bay de nuevo demostró la falta de tensión entre la bolsa de protección y el perímetro inmediato.
Ya los nombres comienzan a pesar. Hurts. Wilson. Williams. Love. Y ahora un también móvil Justin Fields, que en cuarta y uno desde la yarda 43 corrió sin mucha insistencia de la secundaria de Miami para senda anotación en su derrota. El espacio tenía un aspecto familiar a los huecos que en momentos ha permitido esta defensiva azul plata.
El calendario tiene a los Cowboys en dos visitas a la gran urbe de acero, siendo el último juego de temporada regular el peregrinaje anual a enfrentar a su rival divisional en este mismo recinto ya en enero del 2026. La marca de todos los tiempos entre estos rivales interconferencia es de 8-5 a favor del visitante, haciendo notar que los Jets han ganado tres de los últimos cuatro cotejos.
Los Cowboys arriban luego de lo inimaginable en el coso de Arlington. Un empate. 40-40. A ver, ¿cómo? Pues sí, casi inexplicable. Por su lado, los pupilos del otrora esquinero vaquero Terry Glenn en la era Bill Parcells se dieron de balazos en los pies y la cantidad de castigos fue para despertar el coraje de la hinchada neoyorquina conocida como Gang Green.
Imagínese que los Jets llegan dentro de la yarda diez y el corredor reserva Braelon Allen suelta el balón y, en la siguiente serie ofensiva, luego de permitir siete, balón suelto de Fields con la presión del apoyador Tyrel Dotson. De ahí fueron trece castigos con 101 yardas en contra y otro balón suelto en equipos especiales de Isaiah Williams, siendo un total de seis balones perdidos la última cuenta.
La verdad es que los Delfines traen su propio drama y jugaron al nivel del contrario para una eventual victoria 27-21 sin en realidad haber dominado al rival. En este deporte, los equipos sólidos y claros en su propia identidad pueden hasta dejar que su rival se hunda por sí solo, considerando que sin un juego complementario los errores están a la vuelta de la esquina.
Por su parte, los Jets llegan como la número 19 en puntos con 22.5 por encuentro, la 21 en yardas totales con 304.8, siendo 144.5 yardas por tierra la número tres, pero la 29 por pase con apenas 160.3 yardas por juego. La defensiva es la tres en yardas totales con 232.3 yardas por juego, dividiendo entre apenas permitir 64.3 yardas terrestres por juego —siendo catalogada como la tres— y la siete ante el pase con 168.0 yardas por juego.
Por su lado, los Cowboys se distinguen en tener la ofensiva por yardas número uno de la liga con 404.3 yardas por juego, pero permitiendo otras 420.5 yardas totales por juego, colocados como la 32 entre defensivas.
El intercambio en balones sueltos y recuperados no es del todo halagador para ninguno, considerando que los Cowboys traen un -4 con un pase interceptado, con los Jets cargando un -7 donde siguen sin causar intercambio a su favor luego de cuatro jornadas.
Pero vayamos a las cinco claves de otra confrontación entre equipos cuyo último encuentro en estos mismos aires pantanosos fue aquel 24-22 en noviembre del 2019 a favor de los Jets comandados por el entonces mariscal de campo Sam Darnold.
Clave 1: Que saquen el microscopio
La pregunta del millón es el por qué los Cowboys de Matt Eberflus no han podido parar la hemorragia de yardas permitidas y soltura para el mariscal de campo contrario. De pronto pareciera que la presencia de Jadeveon Clowney, que jugara más de lo que se hubiera esperado ante Green Bay, pudiera ser bujía, y de ser así, pues en hora buena, porque este conflicto sigue causando un desbarajuste en cuanto al juego complementario.
Los Jets han regalado balones y han permitido once capturas de Fields con una línea ofensiva no necesariamente la crema y nata de la liga, y aquí es donde se tiene que aparecer Jack Sanborn, que junto con Dante Fowler, un de pronto contribuyente Shemar James y Donovan Ekeiruaku estarán obligados a aparecerse en escena.
Claro que los Clark, Odighizuwa, un tocado Kneeland, Williams y Houston ya tienen que llegar con alevosía y ventaja, luego que de pronto parecen verdaderos fantasmas. La pregunta es si podrán.
Clave 2: Juego por piernas
Javonte Williams ha sido revelación por lo pronto, dándole tranquilidad a Dak Prescott, reconociendo que tiene un juego terrestre en el cual apoyarse. Miles Sanders de nuevo no practicó y, de no poder alinear, será interesante si el debut de Jaydon Blue se hace una realidad, luego de no ser activado en ningún juego hasta el momento.
El misterio es ver qué sigue sin lesión alguna en señal de simple y sencillamente ignorarlo — por ahí se habla de su falta de entendimiento de algunas de las disciplinas básicas del buen funcionamiento del corredor reserva.
Pudiera ser tiempo de mandarle el SOS a la escuadra de práctica y activar a Malik Davis, considerando que el mil usos Hunter Luepke también sigue siendo activado.
Ahora, estirando un poco la definición del juego terrestre, está la consideración de Jake Ferguson, Luke Schoonmaker y Brevyn Spann-Ford en asignaciones de bloqueo, fortaleciendo la protección a Prescott, pero a su vez en trayectorias cortas de consecución repentina ante los apoyadores Jamien Sherwood, Cam Jones y el esquinero Sauce Gardner.
Clave 3: Lesiones
No practicaron Tyler Booker, Tyler Guyton, Malik Hooker, CeeDee Lamb, Miles Sanders, Tyler Smith ni KaVontae Turpin.
Con Hooker fuera, es tiempo de ver a Juanyeh Thomas como el segundo a bordo con Donovan Wilson, donde la póliza de seguro contra accidentes es Markquese Bell.
Ya se habla del debut de Shavon Revel Jr. y de la reaparición a los movimientos de Caelen Carson, pero si la línea defensiva no puede desubicar a Justin Fields, el elenco de la secundaria vaquera va a salir con una resortera en contra de Garrett Wilson y el ala cerrada Mason Taylor, que también se encuentra de pronto entre los limitados.
Aparte de ver a Marshall Kneeland entre los tocados, el resto de los linieros cazacabezas están sin limitaciones, y esto conlleva a la esperanza de la Nación Vaquera de que puedan por fin ejercerse en el terreno de juego.
Clave 4: Adagios del deporte
En el balompié el adagio es: el que mete más goles, gana.
En el rudo deporte de las tackleadas es poco visto que un equipo de la NFL tenga un marcador final de 40-37 en tiempo extra y otro dos semanas después de 40-40 con todo y un quinto cuarto.
Pero a esto se ha reducido la presente condición de los Cowboys — la ofensiva busca sobrevivir la falta de participación positiva de la defensiva.
Otro adagio es que el ganar cura todos los males, y en este caso, el poder regresarse al Metroplex de DFW con una victoria sería un verdadero aliciente.
Y más allá de ganar, es el jugar sólido de ambos lados del balón ante un rival que dista de estar en plenitud de facultades, considerando la cantidad desmedida de castigos y la falta de balance entre balones entregados y recuperados.
Brian Schottenheimer le ha pedido a su equipo intensidad y garra, al mismo tiempo que tira una vibra de compadrazgo entre plantel y timoneles en busca de un ambiente propicio para ser competitivos. Es tiempo de ver que este ambiente comience a rendirle frutos.
Clave 5: Empieza a cundir el pánico
Ciertamente, el mantener el paso ante el resto de la división es meta inmediata, y si no fuera por la desidia defensiva estarían viendo en el papel dos juegos ganables: ante los Jets (0-4), para luego ir a visitar a las Panteras (1-3) en Carolina.
Ahora es cuando se debe comenzar a ver que los nuevos sistemas e instalaciones, tanto ofensivas como defensivas, comienzan a repercutir en ejecuciones positivas, ahuyentando la falta de combatividad en cualquier departamento en todos los lados del balón.
En teoría, así debería ser. Pero la realidad suele ser otra.
Y si la ofensiva vaquera puede mantenerse en el juego, dependerá de cuál de los dos equipos comete la mayor cantidad de errores y que estos puedan ser aprovechados.
Para que esta balanza esté a favor del equipo azul plata dependerá, de nuevo, de que se desate un saludable juego complementario.