Por segunda semana consecutiva, los pupilos de Brian Schottenheimer enfrentan a otro equipo fundador de la National Football League (NFL), con la visita de los Green Bay Packers al AT&T Stadium.
Otro equipo de la misma conferencia, cuya marca de 17-13 en temporada regular refleja la distancia divisional, y eso aparte de las nueve salidas a terrenos de postemporada de esta rivalidad, reflejando una marca de 5-4 a favor de los anfitriones.
Importante recalcar que los Cowboys han perdido los últimos cinco juegos, el más reciente siendo aquel 48-32 de comodines, luego de una soberbia temporada de 12-5 y un baúl de ilusiones rumbo a la gran fiesta. En esta versión, aparte de la necesidad de cobrar revancha por tal zarandeada, está el hecho de aquel canje con aquel jugador que ahora tiene a este juego hecho toda una tragedia griega.
Los pupilos de Matt LaFleur llegan luego de perder 13-10 ante la perrera de Cleveland, en un juego que dejó a todo vestido de verde y amarillo perplejo y confundido. La falta de producción ofensiva se reflejó en las apenas 183 yardas por aire de Jordan Love, tirando una intercepción y siendo capturado en cinco ocasiones, mientras que su juego terrestre, con Josh Jacobs y Emanuel Wilson, fue inofensivo.
Sus números ofensivos como club son del montón, siendo la número 21 total con 300.0 yardas por juego, la 20 con 98.0 yardas por acarreo y la número 16 al elevar el pase, con promedio de 202.0 por juego. Han anotado 21.3 puntos por juego y, de nuevo, sin fanfarrias, siendo la 18 en la tabla.
Ante Joe Flacco y compañía, en lo que fue una verdadera locura en el Paul Brown Stadium, a un lado del Lago Erie, la defensiva del coordinador defensivo Jeff Hafley apagó al contrario con apenas 125 yardas netas por aire, con dos capturas y una intercepción. En esta dolorosa derrota, por la defensiva no quedó, permitiendo apenas diez puntos hasta el momento del puntapié final.
Sus números acumulados lo reflejan, siendo la número uno en puntos permitidos con apenas 14.7 por juego, la tres en yardas totales con 232.3 yardas por juego, la tres ante el acarreo con apenas 64.3 de promedio y la séptima ante el pase con 168.0 a ofensivas contrarias.
Por su lado, los Cowboys están en los últimos lugares en las estadísticas defensivas. Ninguna sorpresa. La falta de presión al mariscal de campo tiene a los Trevon Diggs, Kaiir Elam, Donovan Wilson y Malik Hooker permitiendo 288.0 yardas por juego, siendo la 31 de 32 equipos. Por su lado, el detener el acarreo ha sido menos extremo, siendo la 17 permitiendo 109.7 yardas por juego, mientras el equipo carga con un -5 en cuanto a los intercambios de posesión.
Este juego recauda todo su cauce en el arribo de un tal Micah Parsons. Qué telenovela. Al puro estilo de los Dallas Cowboys, que los hechos y decisiones fuera del terreno de juego pongan en un verdadero pedestal a este juego es función de ver a un jugador regresar por sus fueros y en plenitud de facultades. Aquí no es un jugador que dejaron en libertad y pudo regresar con otro equipo, no.
Dependerá mucho de que los cambios que mencionaba Schottenheimer al principio de la semana hayan surtido efecto, porque de pronto los Cowboys se han vuelto el susurrador de mariscales de campo, luego de ver a los Hurts, Wilson y Williams pasearse a lo grande.
Pero vayamos a las cinco claves de otra confrontación entre conocidos rivales de conferencia, en espera de un lleno escandaloso en el coso en Arlington.
Clave 1. Movimiento de guardaespaldas.
La nota del momento luego de la derrota en Chicago fue la lesión del guardia derecho Tyler Booker y la realidad de su salida hasta por seis semanas. De nuevo, los Cowboys hacen uso de los refuerzos, y así como Brock Hoffman salió al quite por Cooper Beebe, ahora es T.J. Bass el que alza la mano. Bass es producto de la Universidad de Oregon y llegó como agente libre en el '23, luego de que pasaron las siete rondas del draft sin selección. Su paseo universitario incluyó salidas de guardia izquierdo y tackle izquierdo, con temporadas de 14 y 13 salidas como titular en sus últimas dos temporadas. Así como el caso de Hoffman, ha tenido algunas salidas profesionales en reemplazo de Zack Martin y Tyler Smith, y está apoyado por lo mismo con sus sólidas salidas en juegos de pretemporada.
Clave 2. Perímetro ofensivo.
Como de costumbre, los Cowboys buscarán establecer su juego terrestre para luego abrir los aires. Ningún misterio. La cuestión es cómo. Para empezar, serán las piernas de Javonte Williams y Miles Sanders las que busquen explotar al peligroso Rashan Gary, con sus 4.5 capturas, y al apoyador Edgerrin Cooper. Todo parece indicar que Dak Prescott saldrá entregando el balón en directas, buscando aflojar la línea, y pases rápidos y a la banda, aprovechando el fogueo de Jake Ferguson en Chicago y el resurgimiento de Luke Schoonmaker, quien por fin apareció en escena la semana pasada. El uso de Hunter Luepke ya es necesario, y no solo para bloquear, lo cual hace de maravilla, sino como receptor saliendo en espacios laterales sin que nadie le haga caso. La rabia por llegarle a Prescott puede ser el mejor anzuelo para la creación de espacios que deben ser explotados antes de abrir las compuertas del juego aéreo.
Clave 3. Circo aéreo.
Ya digerida la ausencia de CeeDee Lamb, hay un nuevo shérif en este condado y su nombre es George Pickens. Nadie hubiera esperado que el mejor receptor abierto se lesionara en un acarreo directo como primario, pero dentro de todo el movimiento en el establo de alas abiertas, no se sorprendan de ver a KaVontae Turpin en dicha posición. De hecho, en orden son Pickens, Jalen Tolbert, Ryan Flournoy y Turpin, y es momento de usar a esta cuadrilla con soltura, tomando en cuenta que la salida de Lamb es causa de la creatividad ofensiva. Aquí es donde el drama comienza, cuando Prescott comienza a buscar el pase de media y larga distancia con Micah Parsons al acecho. Seguro que ver al contrario portando el número uno con los colores contrarios es razón para parar el ojo, pero si los Cowboys quieren poner a dormir el pasado, tienen que poner de pie al respetable. Nadie duda de que Parsons será figura en el juego, y el efecto puede ser reflejado en el éxito de sus compañeros, pero dependerá del juego complementario vaquero para poder mandarlos de regreso a Green Bay con una derrota.
Clave 4. Que salga la chistera.
Qué larga temporada para el coordinador defensivo Matt Eberflus, y es apenas la cuarta jornada. Luego de ver los paseos que se dieron Hurts, Wilson y Williams, la preocupación impera entre la línea defensiva y la secundaria. Los números no mienten, y se puede apuntar directa y sin escala al problema: la falta de presión al mariscal de campo contrario. Claro que también está imperando el hecho de falta de comunicación, desde el momento en que Jack Sanborn recibe el comunicado de la jugada, la distribuye, y cómo se desarrolla la jugada y el ajuste. Pero eso también se puede ajustar. Lo que es para Ripley es cómo jugadores de la talla individual de Kenny Clark, Osa Odighizuwa, Dante Fowler, Sam Williams, Donovan Ezeiruaku, Marshall Kneeland y James Houston no le han podido llegar al mariscal de campo contrario. Es tiempo de que les salga una. La llegada de Jadeveon Clowney pudiera ser la chispa para que despierte la ejecución de ver derribado, o de perdido aturdido, al mariscal de campo contrario.
Clave 5. Hay que ponerle salsa.
Se reabren las puertas del coso en Arlington luego de fastuosas celebraciones en el juego ante Gigantes por causa de la Celebración de la Herencia Hispana. Felicidades y gracias a todos por los esfuerzos para poner tal función, y de nuevo nos damos cuenta de lo importante que es nuestra Cultura Hispana en el rudo deporte de las tackleadas. Para el respetable, el regreso de Micah Parsons es razón de ponerle hasta más atención a este juego, en particular al momento que pase a saludar a Dak Prescott. Pero más allá del ruido externo, está un equipo de Jerry Jones al cual le urge una victoria en casa, no solo para seguir de cerca a los líderes divisionales, sino para seguir siendo relevantes rumbo a la gran fiesta. Así como en los coliseos romanos, es necesario ganarse al respetable, darles lo que vinieron a ver, para conquistar al visitante encontrando por fin el elixir en espera del juego complementario.