Las casi primeras palabras de Brian Schottenheimer luego de la derrota 24-20 a manos de las Águilas fueron referentes a victorias morales como aliciente a un juego competido. Fue claro en reconocer que en eso no hay victoria alguna.
Se tuvo la oportunidad de ganar y se quedaron cortos. Por supuesto que el balón suelto de Miles Sanders fue costoso, y la casi inverosímil manera de soltar pases clave por parte de CeeDee Lamb, todo se tornó artífice para la eventual derrota.
Pero dentro de todo el misterio aunado a los Cowboys edición 2025 y su nueva personalidad al estrenar nuevos sistemas, el resultado final fue causa de un aura generalizado positivo en cuanto al lado ofensivo del balón, aun considerando el regalo que resultó la expulsión de Jalen Carter.
La defensiva de Matt Eberflus pudo contener a Saquon Barkley con sus 18 acarreos para 60 yardas, pero donde pecó fueron las 62 yardas de Jalen Hurts con sus dos anotaciones. En este rubro fue la manera en que se paseó sin que nadie del perímetro vaquero le impusiera un "hasta aquí", algo que seguro pesó al revivir dicha ineficacia defensiva en la eventual sesión de video.
Parte del detalle fue la ausencia de Jack Sanborn en su asignación de apoyador central como enfoque de la tormenta defensiva. La verdad, fueron pocas las ocasiones de verlo activo en tackles por acarreos o coberturas a Dallas Goedert, que también anduvo suelto por la secundaria vaquera.
Cierto que el perímetro seguirá siendo área de enfoque y gente como Sanborn, Damon Clark, Kenneth Murray Jr. y Marist Liufau estarán obligados a no solo entorpecer, sino dominar a un equipo gigante falto de un corredor con pedigrí de peligroso.
Por su lado, Brian Daboll es protagonista del caldero de drama en el que cualquier franquicia profesional atada a La Gran Manzana se verá desde todos los ángulos habidos y por haber cuando las cosas no andan del todo bien.
El mini-drama con Malik Nabers parece ser evidencia de que las cosas andan impredecibles con esta versión del equipo de Tim Mara, luego de ver a su equipo falto de amenaza en derrota en la guarida de los capitalinos.
Russell Wilson sigue esperanzado en revivir aquellos momentos de gloria con Seattle luego de deambular por Denver y Pittsburgh con resultados divididos. Daboll lo cataloga como su titular, pero la sombra de Jaxson Dart seguirá presente, con la viva posibilidad de que haya un paquete de jugadas para el propio mariscal de campo novato cuando salten a la grama del coso en Arlington con patada inicial al mediodía.
Para el anfitrión Cowboys, pareciera un juego de trampa, donde se espera que un equipo superior domine y le gane a un equipo inferior. Superior porque los Gigantes no mostraron ninguna eficiencia en categoría ofensiva alguna ante los Comandantes, y por su lado la defensiva permitió las libertades suficientes para que Jayden Daniels se luciera con 19 completos de 30 intentos para 233 yardas y una anotación.
Para ambas franquicias, el espectro de comenzar 0-2 estará ciertamente en la balanza, considerando que dicha marca hunde al perdedor al sótano de la División Este de la NFC, detrás de Filadelfia (1-0), que visita a los Jefes en el Arrowhead Stadium, y Washington (1-1), luego de su derrota 27-18 a manos de los Empacadores jueves en la noche en el Lambeau Field.
Pero vayamos a las cinco claves de otra confrontación entre añejos rivales divisionales en apertura en casa de otra temporada más desde el coso en Arlington, Texas.
Clave 1. Salir sin dudas. Al subir el telón en su propia guarida, los Cowboys de Brian Schottenheimer tienen la oportunidad de dar un paso firme ante los Gigantes que salen de gira por segunda semana consecutiva. La radiografía de este juego apunta a un Cowboys con una ofensiva operable, considerando que Dak Prescott de nuevo sale sólido con juego terrestre y un elenco aéreo envidiable. La tarea inmediata es salir como el agresor y no necesariamente como boxeador tanteando al rival para ver qué es lo que trae. En el papel, los Cowboys lucen como favoritos y para fines prácticos esto debe reflejarse en el terreno de juego con la ofensiva dictando el ritmo desde su primera salida, mientras que la defensiva aprovecha la ausencia de Andrew Thomas ante un juego terrestre inexistente.
Clave 2. Hostigar al visitante. Ante las Águilas, la defensiva de Matt Eberflus no pudo decifrar la ecuación Jalen Hurts, y ante Russell Wilson existe la misma posibilidad de batallar ante otro mariscal de campo móvil y elusivo. Wilson no tiene la movilidad de sus años mozos, pero si el perímetro de Sanborn y compañía no le ponen un espía demarcando el límite, pudiera presentarse de nuevo el espectro de no poder detener el acarreo. Tyrone Tracy Jr., Devin Singletary y el novato Cam Skattebo como tales no son válidos a preocupación a Saquon Barkley, pero aquí está la oportunidad de que tanto línea defensiva como apoyadores se luzcan neutralizando el intento por acarreo de manera de elevar el espíritu de este rubro defensivo tan codiciado. De ahí empiezan a caer los dóminos uno tras otro al obligar a Wilson en terceras y largo, que junto con la necesidad de arriesgar por aire es donde la ausencia de DaRon Bland pudiera sentirse desde temprano.
Clave 3. Guardaespaldas al abordaje. Por lo pronto, la gran duda se aclaró con las salidas de Tyler Booker y Tyler Guyton ante Filadelfia, y que ninguno de los dos fue mencionado durante el juego de apertura de la temporada regular. De hecho, hubo el mínimo de menciones del resto del grupo de mastodontes, incluyendo el centro Cooper Beebe, el guardia izquierdo Tyler Smith y el tackle izquierdo Terence Steele. El reto a vencer son los Dexter Lawrence, Brian Burns y Abdul Carter en las cargas y el tackleo en el perímetro del apoyador Bobby Okereke para que de manera temprana se pueda liberar el dúo Williams-Sanders, ofreciendo protección al mariscal de campo cuya movilidad en la bolsa de protección parece estar de regreso. Esta esperada solidez en la línea le permitirá de nuevo a Prescott buscar a Jake Ferguson y Luke Schoonmaker, que buscarán liberarse en el perímetro gigante, y pudiera ser momento de liberar al filo suizo Hunter Luepke.
Clave 4. A sacarse la espina. La cara de CeeDee Lamb en su larga tanda de entrevistas ante el universo de la NFL habló de un protagonista envuelto en la neblina. Para tantos que hemos visto sus hazañas en el terreno de juego, el ver que de pronto lo mundano se volvió complicado es señal clara de que hay una verdadera espina clavada en el ahora 88 vaquero, y si la bola de cristal no me falla, hay una buena posibilidad de presenciar un verdadero espectáculo aéreo cortesía de la conexión 4-88. Por su parte, George Pickens también trae su propio arco luego de ser inefectivo ante la secundaria verde, y ahora se frota las manos con gente como Paulson Adebo, Cor'Dale Flott y Dru Phillips siendo los rivales en puerta; o sea, van unos desconocidos ante el dúo de Lamb-Pickens con un Prescott enchufado. Motivación de sobra para una esperada ejecución que se torne avalancha.
Clave 5. Energía de sobra. De nuevo se abren las puertas del AT&T Stadium ante la Nación Vaquera en lo que se espera sea otro lleno escandaloso en juego de la Celebración a la Herencia Hispana. Es de estos Vaqueros el mantener la vibra positiva ante el monstruo de 70 mil cabezas, saber que la preparación es el inicio de la ejecución que mantiene al público metido de lleno jugada tras jugada. Los Cowboys saltarán a la grama de su palacio con la verdadera oportunidad de dominar y marcar su territorio ante un rival a modo, y claro que existe siempre la posibilidad del campanazo de la semana, pero mientras el afamado "Schotty" busca consistencia y continuidad, este momento es clave para demostrar que las cosas van en buen camino.
