Pues ahora llegó el momento de jugar por el orgullo.
Mientras el equipo angelino se perfila a otra postemporada más en lucha ante los Broncos (12-2) por el campeonato divisional, los vestidos de azul plata enfrentan la eliminación del torneo de manera decisiva, donde solo una victoria dejaría la vela prendida por otra semana más.
Este equipo de Justin Herbert ha ganado seis de sus últimos siete, donde la derrota fue una verdadera emboscada en Jacksonville (10-4) al son de 35-6 ante un sorpresivo jaguar. Trevor Lawrence usó un juego terrestre con 192 yardas, mientras que Herbert fue contenido con una pobre línea de 10 de 18 para apenas 81 yardas y un pase interceptado.
Su propio juego terrestre fue para el olvido, donde Kimani Vidal tuvo cinco acarreos para 13 yardas, y ahora llega con un total de 147 acarreos para 620 yardas con tres anotaciones por piernas. De hecho, el propio mariscal de campo cargador tiene sus propios 69 acarreos para 419 yardas y una anotación en jugada personal.
Con lo que es para fines prácticos para los Cowboys el despedirse del público en su propio AT&T Stadium, restándole dos de gira ante rivales divisionales cuya propia eliminación pone el final de la temporada regular en un ambiente casi de pretemporada, sin nada más de por medio que el poder decir que se ganó una de las batallas donde fueron más desencantos que celebraciones.
Los Cowboys siguen siendo la ofensiva número uno con 396.9 yardas por juego, corriendo para 120.8 yardas por cotejo, siendo la decimoquinta mejor de la liga. Al momento de pasar, siguen siendo la número uno total con 276.1 yardas por juego. La defensiva es la 29, permitiendo un total de 374.9 yardas totales por juego; la décimo octava ante el acarreo al tono de 120.1 yardas por juego y de vuelta al sótano como la 32 defendiendo el pase, permitiendo 254.8 yardas por juego.
Para los pupilos del pimentoso Jim Harbaugh, tienen la ofensiva quince en yardas totales con 337.9 por encuentro, once con el acarreo, tabulando 123.4 yardas promedio, y la 19 tirando el ovoide, 214.5 yardas promedio. La defensiva azul pastel es la número dos de la liga, permitiendo 279.1 yardas por juego; once ante el acarreo con 104.7 yardas y la tercera mejor ante el ataque aéreo, permitiendo 174.4 yardas promedio.
La marca de todos los tiempos es de 8-5 a favor de los Cowboys, donde la última fue un 20-17 en su Sofi Stadium un 16 de octubre del 2023, cosechando así una racha de dos victorias consecutivas.
Pero vayamos a las cinco claves de otro encuentro de los Cowboys ante rival de la División Oeste de la Conferencia Americana (AFC), junto con la derrota ante los Broncos, las victorias ante Raiders (2-12) y Jefes (6-8), quedando pendiente esta la visita de los Chargers al AT&T Stadium de Arlington, Texas.
Clave 1. Orgullo con intensidad.
A esta jornada dominical llegan dos equipos en direcciones opuestas. Mientras los Cargadores pueden asegurar su pase a la gran fiesta con una victoria, los Cowboys pudieran ser mandados al vacío con todavía dos fechas huecas de por medio. En el rudo deporte de las tackleadas, este tipo de juegos se disputan con la finalidad no para prepararse para el siguiente juego, pero para hundir al contrario, tomando en cuenta que son dos equipos cuyos futuros inmediatos terminarán con uno sentado en su sillón favorito. Aun cuando no hay nada que presumir por parte de un decepcionado equipo de Brian Schottenheimer, lo que les queda es jugar sabiendo que el cerrar las puertas del coso en Arlington sería menos penoso con una victoria.
Clave 2. Pensando en el futuro.
Aun cuando estos últimos tres juegos parecen inconsecuentes, el perfil de cada jugador sigue incrementándose con cada serie ofensiva o defensiva, con cada jugada, con cada oportunidad de ejecutar el cometido. El video sigue corriendo y los mismos Vaqueros lo saben, porque luego de estas tres siguientes semanas, cada uno de los jugadores tendrá que rendir cuentas hacia una temporada 2026 que estará aquí en un santiamén, y su carta de presentación incluye estos tres últimos juegos, donde los pecados en Chicago (10-4), ante Arizona (3-11) y estas últimas dos ante Detroit (8-6) y Minnesota (6-8) se están pagando caro.
Clave 3. A soltar el brazo.
Durante toda la temporada, el verdugo fue la deplorable defensiva que semana tras semana arrastraba la consigna de simple y sencillamente no saber quiénes iban a llegar a defender. Dak Prescott cuenta con números personales que son la envidia de otros mariscales de campo de la liga, y sus comentarios luego de la derrota a manos de JJ McCarthy y compañía y su esperada eliminación se enfocaron en demostrar que sí pueden ganar en esta liga. El ganarle a los Cargadores pondría a los visitantes todavía en espera de pasar a la postemporada, otro aliciente para un Cowboys que no tiene para dónde moverse. Con todo esto, seguro veremos a una ofensiva vaquera ávida de demostrar que pueden mover el balón y entrar a las diagonales.
Clave 4. Hay pólvora de por medio.
Tomando en cuenta su propia situación actual, Justin Herbert pudiera estarse frotando las manos ante una defensiva vaquera que de pronto perdió el ángel. La llegada de refuerzos y una racha de tres victorias no tuvo la continuidad que parecía de pronto aparecerse solo para volver a desvanecerse. El juego terrestre del novato Omarion Hampton con Kimani Vidal seguro va a ser parte activa, pero la pregunta es qué tan agresivos serán al momento de destapar a Keenan Allen, Ladd McConkey y el ala cerrada Oronde Gadsden II ante los espacios que se han creado semana tras semana con esta defensiva vaquera. A la defensiva cuentan con el apoyador Tuli Tuipulotu con sus doce capturas, Odafe Owen, que estará repartiendo golpes, y el profundo Derwin James Jr., que es la perla de la defensiva del coordinador defensivo Jesse Minter.
Clave 5. Pues que comience la fiesta.
Última llamada para la Nación Vaquera, donde será de especial interés la reacción del respetable ante la situación actual del equipo. Ya el pasado, pasado; lo único que queda es llegar temprano y disfrutar del espectáculo una vez más con la esperanza de darse gusto ante un equipo protagonista. Los Cargadores no son un equipo que viaje a su afición, como lo son los Osos, Empacadores o los mismos Jefes; entonces, en lugar de vender sus abonos a precios exorbitantes, haciendo así su agosto, aquí en realidad es darle los boletos a quienes normalmente no irían a un juego bajo las circunstancias actuales. No se espera la electricidad que se sintió en aquel juego ante los Comandantes, pero de perdido que haya alguna intensidad para sacar, en esta semana, a este burro del barranco.
