Cerca de media temporada y, de momento, el banderín divisional está al alcance de cualquiera.
De pronto, unas Águilas están a solo dos juegos de estos Vaqueros, que, si pudieran defender simplemente a medias para el bienestar de la ofensiva, este arroz pudiera ser muy diferente.
En otros escenarios de la Este, Philadelphia (4-2) visita a los Vikingos y los Gigantes (2-4) irán a Denver (4-2), escenario que espera a los Cowboys en la jornada ocho. Para Brian Schottenheimer, el vivir en el presente significa el buscar no caer a la segunda división de la liga, donde se albergan los equipos con marca perdedora.
De nuevo, los números estadísticos de los Cowboys parecen broma. La ofensiva número uno con 387.5 yardas totales por juego, aunado a una defensiva que permite 411.7 yardas totales, siendo la 32 de 32 equipos. Su margen de intercambios es de -2, incluyendo dos balones sueltos y dos intercepciones del lado positivo.
Por su lado, los pupilos de Dan Quinn son la décimo tercera ofensiva, acumulando 345.7 yardas totales, 151.0 por tierra, colocándose en segundo lugar, y siendo la 23 al lanzar el pase, con 194.7 yardas por juego. Los números defensivos no asustan, siendo la 26 en yardas totales permitidas, con 356.8 por juego; la vigésima al defender el acarreo, con 121.7 por juego; y la 23 ante el pase, permitiendo 235.2 por juego.
Estos dos equipos se han visto las caras en 130 ocasiones, incluyendo dos juegos de postemporada. Se han enfrentado en dos ocasiones por temporada regular desde 1970, cuando la NFL pasó a ser una liga con dos conferencias y cuatro divisiones. Por lo pronto, la marca de los Cowboys ante los capitalinos es de 11-5 en el coso de la ciudad de Arlington.
Juego de seis puntos para ambos equipos, considerando la lucha por el banderín y el no caer atrás en la carrera hacia la gran fiesta. Aparte de la intensa rivalidad, es importante considerar el regreso de Dan Quinn al lugar que lo viera alzar a una defensiva vaquera a niveles insospechados, antes de tomar la oportunidad de dirigir a los Comandantes.
Dentro de las buenas noticias está el hecho de que todos los jugadores en la lista de lesionados pudieron trabajar con el equipo durante esta semana de preparación. Esto incluye a un tal CeeDee Lamb, que se dispone a reaparecer luego de estar fuera tres juegos, saliendo ante Chicago con una lesión del tobillo.
Pero vayamos a las cinco claves de esta ocasión 131 en que se ven las caras estos dos equipos, cuya esperanza es no caer a marca perdedora rumbo a la jornada ocho de la temporada regular.
Clave 1. En busca de respuestas.
En el mundo existen incógnitas que nunca se responderán, y de pronto esta falta de defensiva se puede unir a dichos misterios. En la balanza está si es el personal o el planteamiento, y mientras se busca de perdido alguna luz para entender el problema, la ofensiva sigue siendo obligada a hacer estallar la pizarra mientras su propia defensiva parece ser su peor enemigo. Dentro de todo este maremoto de dudas está el hecho de la visible baja de juego de la secundaria, donde todos están saliendo manchados; desde los linieros defensivos que no pueden presionar al mariscal de campo contrario, apoyadores que se ven fuera de posición y esta secundaria que tiene que vivir dándoles libre albedrío a los receptores contrarios. Esto tiene que cambiar, pero de pronto está la noción imperante de que simplemente no hay con qué.
Clave 2. Importante correr el balón.
Javonte Williams impresionó ante los Jets, pero la semana pasada en Charlotte sus números fueron del montón, acumulando 29 yardas en 13 acarreos para un promedio de 2.2 por acarreo. La salida de Miles Sanders puso a Jaydon Blue en la báscula, y ante los Jets dejó buen sabor de boca, pero ante Carolina sus tres acarreos para cero yardas no es lo que se esperaba del cotizado novato, selección colegial. El acabose fue la última serie ofensiva ante las Panteras: con 8:08 en el reloj, a medio campo, con el juego empatado, era para mover las cadenas en busca de la zona prometida, pero sabiendo que tienen a una verdadera garantía en Brandon Aubrey. Pero fueron tres pases pantalla que perdieron yardas y a patear, donde el juego terrestre pasó completamente desapercibido. Los equipos que imponen su ley en las trincheras a la ofensiva, con el juego en la balanza, son los que alzan el balón de juego y se lo llevan a sus vestidores.
Clave 3. Que se abran los cielos.
Los números de Dak Prescott son indiscutibles, con un promedio del 71.6 % de completos, trece anotaciones con tres intercepciones y siendo capturado en siete ocasiones. El detalle es el juego complementario, o en realidad, la falta del juego complementario por el lado de la defensiva de Matt Eberflus. Con la verdadera esperanza de ver reaparecer a CeeDee Lamb, las 32 recepciones para 525 yardas y seis anotaciones de George Pickens se establecen de manera explosiva, considerando que ahora habrá dos estelares para que la secundaria capitalina se preocupe. Importante el juego de Jake Ferguson, Luke Schoonmaker y el corredor de poder Hunter Luepke, que, junto con el juego terrestre, puedan dar la oportunidad de que la combinación Lamb/Pickens estire el terreno de juego y haga estallar al respetable.
Clave 4. El perímetro ante los capitalinos.
De nuevo, la movilidad de un mariscal de campo contrario es razón de ponerle atención a Jayden Daniels. Su propio juego terrestre incluye salidas por piernas por diseño, y se apoya en un novato seleccionado en la cuarta ronda de Arizona, en la persona de Jacory Croskey-Merritt, siendo el segundón el nómada Jeremy McNichols, que ha estado con cinco equipos diferentes. Está la duda del receptor abierto Terry McLaurin, y también está tocado Deebo Samuel, y hay que incluir en la lista de amenazas al ala cerrada Zach Ertz. Hay la esperanza de que reaparezca Jack Sanborn en el centro del huracán, y es tiempo de que Damone Clark saque la casta junto con Marist Liufau, y que se encuentre Kenneth Murray Jr. luego de un juego lleno de dudas ante Carolina. Es vital que el vínculo entre línea defensiva y secundaria ya ponga orden y lleguen a tacklear y hostigar.
Clave 5. Ambiente de carnaval.
Se reabren las puertas del AT&T Stadium en juego vital para ambas escuadras ante lo que se espera sea otro lleno escandaloso. Ya con todo en la mesa, estos Cowboys están obligados, ante su propia nación vaquera, a demostrar que siguen en la lucha, y una victoria ante su acérrimo rival divisional sería un paso en la dirección correcta. La ofensiva tiene que salir con ganas de mover el balón, considerando que la primera y última serie ofensiva en Carolina fueron dos amargos "tres y fuera", siendo el segundo una preocupante versión de un equipo falto de balance en sus líneas. La duda existe si el personal defensivo es el adecuado, y, ante el rabioso monstruo de 70,000 cabezas en busca de mandar a los Comandantes de regreso cabizbajos, hay elementos que van a requerir subir su nivel de juego.
