Un velo cayó sobre The Star en Frisco ante la noticia de Trevon Diggs.
El comienzo vertiginoso de los Cowboys de Dan Quinn ha sido la verdadera nota entre las 32 franquicias de la NFL en este comienzo de temporada. La realidad del rudo deporte de las tackleadas es que las lesiones son parte integral de un juego que recompensa el frenético contacto jugada tras jugada.
El proceso de digerir tal calamidad es vivir en un mundo donde un día todo es ligero, natural y efectivo para que de un instante a otro un desgarre en la rodilla durante la práctica del jueves en ejercicio de uno-a-uno llegue de momento sin ton ni son. Así es esto.
Seguramente ya se tenía un plan de acción en cuanto a los ajustes necesarios en esta posición en el caso de un cambio y por si se tiene que hacer mano de las reservas. En este caso, la reaparición de Jourdan Lewis lo pone ahora en su posición anterior a su lesión como el tercer esquinero, o el que cuida al tercer receptor en la ranura, labor que venía haciendo de muy buena manera DaRon Bland durante su ausencia.
Con Bland ahora haciendo dupla con Stephon Gilmore, bajo la luminaria pasa gente como el recién desempacado Noah Ogbinoghene, la selección 2023 Eric Scott Jr. y hasta un Juanyeh Thomas, el novato agente libre de Georgia Tech, que pasaría de su posición de profundo a la de un tercer o hasta cuarto esquinero en la alineación. Estos cambios también tienen un efecto en los equipos especiales de Jim Fassell donde ahora hablamos de gente como Israel Mukuamu y Markquese Bell y su propias asignaciones para este tercer juego.
Para Mike McCarthy el perder a un jugador de esta talla y ver como se desvanece de los vestidores el liderazgo y pundonor de un elemento por lesión es algo por lo que ha pasado a través de su larga trayectoria a este nivel. Su equipo esta armado para dominar a la defensiva, y esta noción no cambia por ninguna baja por calamitosa que sea. La profundidad en cada posición es ese balance que se busca lograr al asegurar jugadores que pudieran competir por la titularidad en otros equipos y de hecho hasta ganar el derecho de dicha titularidad pero de momento están vestidos de azul-plata esperando su oportunidad — venga como venga.
El calendario ahora presenta a unos apurados Cardenales que luego de dos derrotas andan básicamente por la calle de la amargura. Ante los Gigantes su derrota 31-28 en su propio patio luego de ir arriba 20-0 y hasta 28-7 es señal de que las cosas no andan bien en los pasillos donde se pasea Jonathan Gannon en su primera temporada como timonel de la franquicia en el desierto. La única esperanza para ellos es que la visita de los Cowboys al desierto se convierta en una de tantas pesadillas en el pasado para las huestes de Jerry Jones.
Los Cowboys llegan como la ofensiva 18 en general, octava en el acarreo y 20 en el pase. El hervidero Quinn es la defensiva número uno de la liga, novena ante el acarreo y primera ante el pase. Por su lado los pajarracos llegan con la ofensiva número 24 total, décima con el acarreo y 27 al elevar el pase. Son la defensiva 19 de la liga, 18 ante el acarreo y 22 ante el pase.
Con la edición 92 entre Cardenales y Vaqueros a la vista con no solo un largo historial lleno de resultados de toda índole, pero la realidad que en el desierto cualquier cosa puede y ha sucedido, les paso mis cinco claves del juego con patada inicial a las 3:25pm CST.
Clave 1. La mentalidad de acero. Muchas veces una mala noticia puede revirarse hacia la inspiración y seguro los vestidores vaqueros están no solo dedicando la temporada a su compañero caído, pero por lo mismo, se vuelve un vivo recordatorio que el éxito en esta temporada se reduce a cada hombre listo para cualquier momento. Esto en ingles se le conoce como el, "next man up", o el que sigue en fila. Las lesiones ponen a prueba la fortaleza de la nave, y la habilidad de hacer los ajustes necesarios es parte de un cometido personal de cada elemento en el plantel. El momento de la temporada es ahora, particularmente cuando se tiene en la mira a un batido equipo de los Cardinals al cual deben dominar, a una semana de juego en casa ante los Patriotas que también distan de pasar por buen momento, para luego llegar con todos los fierros al Levi Stadium de Santa Clara para el agarrón entre favoritos de la NFC. No es tiempo de distracciones.
Clave 2. Identidad ofensiva. Con el fulgurante éxito del Club de Micah y Sus Amigos, la ofensiva de Mike McCarthy y Brian Schottenheimer se ha propuesto no estropear ese ritmo desenfrenado de los pupilos de Coach Q. Sin necesidad de arriesgar el balón, y disfrutando de buena posición de campo para operar, de pronto se nota un balance en aquel juego complementario entre las dos escuadras que se inclina hacia la defensiva. Es por eso que de pronto se desatan comentarios de la falta de agresividad de Dak Prescott, que porque no tira el pase largo, y la realidad es que, hasta el momento, no se han requerido tales actitudes. De hecho hasta el momento solo ha sido un balón dividido tirado a la banda derecha donde la esperaba Sauce Gardner de los Jets para lo que hubieran sido seis para la marea verde en cuanto a esa mania de Prescott. Mientras la defensiva siga con este paso, el plan de la ofensiva es de mover las cadenas de una manera por demás convencional.
Clave 3. A presionar sin cuartel. Los números no mienten en cuanto al dominio ejercido en la línea de golpeo cuando el rival tiene el balón. Entre Parsons alineado por todos los ángulos imaginables, Demarcus Lawrence recibiendo dobles bloqueos, un Osa Odighizuwa inspirado y alzado, Leighton Van Der Esch en papel co-protagónico, tal parece que le espera un día largo a Joshua Dobbs. Un aliciente para la ofensiva del equipo de casa será la salud y garra con la que ha salido el corredor James Conner luego de sus primeros dos juegos, de nuevo poniendo a prueba la habilidad vaquera de detener el acarreo. Dentro de esta fórmula ofensiva estará en la mira el ala cerrada Zack Ertz, que llega con 12 recepciones pero sigue sin visitar las diagonales. Si pueden neutralizar estas dos armas y de pronto Dobbs tiene que sobrevivir en el mundo de tercera y largo, será un placentero regreso al Metroplex con la victoria en la mano.
Clave 4. Guardaespaldas siempre en la mira. Esta liga se basa en la salud y bienestar de los cinco frontales de la línea ofensiva. El lujo de tener una defensiva marcapasos ha sido evidente y para la ofensiva de los Cowboys el de pronto contar con elementos substitutos ha sido una verdadera fortuna. Sale Tyler Smith y entra Chuma Edoga. Sale Edoga y entra T.J. Bass. Sale Zack Martin, Bass pasa al guardia derecho y entra Asim Richards al guardia izquierdo. Flexibilidad. Ahora, la lesión de Tyler Biadasz no parece ser lo suficiente para marginarlo el domingo, pero sin centro reserva de momento en el plantel de 53, será necesario tomar de la escuadra de práctica a Brock Hoffman o al veterano Sean Harlow para el compromiso del domingo. Dentro de todo, es momento de aprovechar la movilidad de Prescott, de nuevo darle el balón a Tony Pollard, Rico Dowdle y Deuce Vaughn para luego sacudirse a una defensiva porosa cuyo líder Budda Baker ha sido puesto en la lista de lesionados.
Clave 5. Para el propio Ripley. Haciendo a un lado toda la charla coherente y práctica a la de visita al desierto, los momios abrieron a los Cowboys como favoritos por doce y medio puntos. Es algo poco visto en la NFL, un desbalance tan notorio, pero se debe a que hasta el momento, y con todo y la noticia de Diggs, esta escuadra de Dan Quinn esta aceitada y busca solventar estas dos próximas salidas para luego tener la oportunidad de reparar algunos platos rotos enfrentando a los Gambusinos de Brock Purdy. Ahora, en el vetusto Sun Devil Stadium y el ahora State Farm Stadium de Glendale, se cuadraron estos dos rivales en juegos donde lo acontecido en el terreno de juego pasaba a lo inexplicable y hasta risible, con volteretas, bombo y platillo. La verdad es que llegan dos equipos en direcciones opuestas y para McCarthy es hacerse de la tarea de demostrar quien es el equipo superior.
