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Explosión defensiva: Cowboys logran cuatro intercepciones

Defense

La defensa de los Cowboys entregó balones a su ofensiva suficientes para ganar con autoridad en New Orleans a los Saints.

Cierto que diversas cosas a la ofensiva tienen que mejorar o recuperar su nivel, pero un triunfo como el de este jueves debe darle la confianza al equipo que antes no tenían; la que pueden ganar partidos con defensa.

Los Cowboys lograron cuatro intercepciones; entre ellas la novena en la temporada de Trevon Diggs. Pero la última, de Carlos Watkins, valió el viaje a New Orleans, por los reflejos, la agilidad de un liniero defensivo y los seis puntos que puso en el marcador para sellar el triunfo 27-17 sobre los Saints.

"Hizo una jugada increíble", dijo Diggs sobre la intercepción de Watkins. "Estaba en el lugar indicado e hizo un gran trabajo. Pareció jugador de la defensiva secundaria y nos puso en posición para ganar".

Esa defensa, a pesar de los problemas que tuvo contra los Raiders, cuando se derrumbó el Día de Acción de Gracias, sacó a los Cowboys de una mala racha que se extendía a dos derrotas consecutivas y tres en cuatro juegos de noviembre, incluidos dos en casa.

"Diciembre tiene que ser nuestro mes", dijo el safety Jayron Kearse. "Que siga rodando. Hay que seguir un partido a la vez".

Micah Parsons sigue demostrando que además de que va sólo en carrera por el nombramiento de Novato del Año, puede ser considerado contendiente serio a Defensivo del Año.

Llegó a su décima captura de la temporada, es decir dos más que la anterior marca para un novato en la laureada historia de los Cowboys, que era de DeMarcus Ware, que para ponerlo en contexto, está nominado al Salón de la Fama en su primer año de elegibilidad.

Los cinco tackleos que muestran sus estadísticas, ni siquiera se acercan a la realidad de Parsons, que anduvo por todos lados del campo, que golpeó dos veces al quarterback de los Saints Taysom HIll, y que gracias al regreso del ala defensiva DeMarcus Lawrence, pudo jugar más en su posición natural de linebacker, que tanto urge ante la evidente baja de juego de Leighton Vander Esch.

La secundaria lució, en particular Diggs y Kearse, quien sigue demostrando que es la mejor contratación en agencia libre de los Cowboys en años.

Tres jugadores del perímetro interceptaron, que sumados a la de Watkins lograron las cuatro, que son la mayor cantidad para el equipo en un partido desde el 2010. Es la novena ocasión en 12 juegos que los Cowboys recuperan múltiples balones del rival.

"Esta defensa está creciendo semana a semana. Hoy fue más especial por DQ", dijo Kearse en referencia al coordinador defensivo Dan Quinn, quien fungió como entrenador en jefe ante la ausencia de Mike McCarthy por Covid.

La ofensiva, de la mano de CeeDee Lamb con sus 122 yardas totales, y de la carrera de 58 yardas de Tony Pollard, hizo lo suficiente para ganar un partido en que estuvieron ausentes cinco entrenadores asistentes y el head coach McCarthy.

Los Cowboys regresarán a Dallas con marca de 8-4, nada mal para un equipo que esta noche tuvo en el campo a su mejor receptor, Amari Cooper, sin entrenar durante casi tres semanas porque entre lunes y martes aún tenía molestias por el Covid, y que nunca ha tenido a su primera defensa jugando junta esta temporada.

"Triunfo en la adversidad, victoria fea, o como quieran definirlo", dijo el entrenador McCarthy desde su cuarentena en casa. "Debes tener estos triunfos cuando llegas a estas alturas del año. Esta es una gran experiencia para nosotros. Enfrentemoslo, esta es la NFL de hoy".

Los Cowboys aseguran que cuando lleguen a su siguiente partido, en la capital del país, tendrán al menos dos juegos de ventaja precisamente contra Washington, su más cercano perseguidor en el Este de la Conferencia Nacional.

Y con la ventaja de que tendrán casi semana y media antes de visitarlos para prepararse y, sobre todo, darle descanso a jugadores golpeados, como Ezekiel Elliott, quien cada vez se nota con mayores molestias en su rodilla derecha, o como los linieros defensivos Randy Gregory y Neville Gallimore, que deberán estar listos para jugar.

"Va ser enorme para todo el equipo", dijo Kearse sobre los 10 días antes del siguiente partido. "En especial después de todos estos partidos que tuvimos consecutivos en semanas cortas. Los muchachos están golpeados y jugando con lesiones. Definitivamente 10 días serán muy valiosos para nosotros".

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