ARLINGTON -- Los Dallas Cowboys aprovecharon su único lunes por la noche de la temporada para presentar en sociedad a su nueva defensa y reiterarla capacidad explosiva de su ofensa.
Además, los Cowboys aprovecharon para subir al primer lugar de la División Este de la Conferencia Nacional, gracias a su victoria 41-21 sobre los Philadelphia Eagles, que fueron vencidos en todas las fases del juego.
De hecho, el marcador ni siquiera refleja el dominio que tuvieron sobre ellos, al grado que los Cowboys terminaron el partido con la mitad de sus titulares en la banca descansando, a mitad del último cuarto.
"Una buena victoria para nosotros, en casa y contra un rival divisional", dijo el entrenador Mike McCarthy. "Hubo una gran energía de toda la gente. Me encantó como salieron desde el principio y como pelearon todo el partido. Todos cooperaron, desde equipos especiales, hasta ofensiva y defensiva".
El partido siempre estuvo de su lado, gracias al poderío que mostraron en el juego terrestre por segunda semana consecutiva, acompañado de la tradicional verticalidad de sus receptores, en el pueden entrar o salir, incluso estar lastimados, pero parece que en cada juego aparecerá uno diferente.
Esta vez fueron el ala cerrada Dalton Schultz y el abierto Cedrick Wilson, quienes pusieron los tres pases de touchdown que lanzó Dak Prescott, quien fue ovacionado de principio a fin, incluido hasta el calentamiento, en su primer juego en casa desde que se lastimó el tobillo el año pasado.
Schultz, quien ha sido toda una revelación desde que la temporada anterior, tuvo que reemplazar al lastimado Blake Jarwin, logró 80 yardas, y Wilson sólo 17, pero presumió un par de recepciones espectaculares, entre ellas la de touchdown.
CeeDee Lamb tuvo otro de sus partidos, en el que puede hacer casi todo. Cooperó con otras 66 de las 238 yardas por pase de Prescott, quien terminó con 143.3 puntos de índice de efectividad, frente a los 93,267 aficionados que entraron con boleto pagado al AT&T Stadium esta noche.
"Esta fue una de mis noches más "Seguro que sí", dijo el quarterback Dak Prescott, al ser cuesitonado sobre si atravesaba por su mejor momento ofensivo. "Hay que darle crédito a todos los muchachos que pueden hacer jugadas a mi alrededor y permaneciendo en el mismo sistema ofensivo por años".
Fue otro partido, de gran balance ofensivo, en el que la pareja de Zeke Elliott y Tony Pollard macó el ritmo desde el principio. Se combinaron para 155 yardas, con 95 y 60, de manera respectiva.
Elliott logró dos touchdowns, en el que fue apenas su segundo partido con múltiples anotaciones en las últimas cuatro temporadas. También bloqueó y ayudó a evitar mayores golpes para su quarterback.
Pero quizá la mejor noticia para los fans de los Cowboys es que su defensa sigue provocando entregas de balón. Permite yardas, pero evita touchdowns.
Philadelphia movió 367 yardas el balón, con 303 yardas por pase; algunas cuando el partido ya estaba decidido, y sólo 64 por aire.
El esquinero Trevon Diggs y el linebacker novato Micah Parsons mostraron en juego de lunes por la noche su potencia. Diggs interceptó y la regresó hasta la anotación para separar el partido por completo en el tercer cuarto y Parsons fue una pesadilla para la ofensiva de los Eagles toda la noche y por todos lados del campo.
"Estoy tratando de que todos sepan que estoy aquí", dijo Diggs, quien tuvo su tercer partido consecutivo con intercepción y la sexta en 15 partidos como profesional.
Parsons oficialmente tuvo cuatro tackleadas; media captura y provocó muchos errores de la ofensiva encabezada por el quarterback Jalen Hurts, quien acabó con 326 yardas por pase; dos touchdowns e igual número de intercepciones.
"De eso se encargó toda esta gente", dijo Parsons. "Nos ayudaron mucho. Estuvieron súper ruidosos y eso provoca errores. Fue mi primer partido aquí y una experiencia increíble".