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Las bases están, ahora es cuestión de ejecutar

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FRISCO, Texas – La temporada más larga de la historia terminó el domingo con el triunfo en el Super Bowl de los Rams sobre los Cincinnati Bengals.

Eso también llevó el campeonato de la NFL al área Dallas-Fort Worth. Pero más importante, lleva lecciones que los Cowboys deberán poner en práctica de inmediato para tratar de regresar al juego grande que desconocen desde la temporada 1995.

Tampoco es que se trate de una reconstrucción. Las bases están más que colocadas por todos lados y en las tres fases del juego. El staff de entrenadores está completo, encabezado por un head coach que, como él mismo dijo, ha demostrado que sabe ganar partidos, postemporada y campeonato en la NFL.

Ahora se trata de forzar, competir y, en especial ejecutar sobre el campo de juego de manera consistente y al mismo tiempo de ambos lados del balón.

"Hay que aprender a ganar y acostumbrarse a eso", dijo el quarterback Matthew Stafford, poco tiempo después de que ganó el título en la NFL en su primera temporada con los Rams, después de pasar los primeros 12 años de su vida profesional en Detroit. "Lo más complicado es encontrar consistencia y crecer en los momentos más importantes".

Stafford recordó por fin qué se siente ser ganador. Fue campeón estatal en Texas con Highland Park. Es uno de los seis jugadores de los Rams que jugaron preparatoria en el área Dallas-Fort Worth.

Los otros cinco tienen en común que desde aquellas épocas jugaron para equipos competitivos y fueron campeones en diferentes niveles, incluyendo preparatoria y universidad gracias en buena parte al desempeño de ellos: LB Von Miller (DeSoto High), DT A'Shawn Robinson (Fort Worth High), OL Joe Noteboom (Plano High), OL Bobby Evans (Allen High), DT Bobby Brown III (Arlington Lamar High).

"Este muchacho hace todo bien", dijo McVay de Von Miller. "Está hecho para estos momentos. Está hecho para el gran escenario".

En la NFL todo pasa demasiado rápido y hay que darle la bola a los que estén mejor, pero sobre todo a los que pueden ejecutar en los momentos más trascendentes, aunque las cosas hayan sido complicadas antes, incluso en el mismo juego.

El ejemplo más grande puede ser la serie ganadora de los Rams, en la que Stafford y el receptor Cooper Kupp, nombrado Jugador Ofensivo del Año, ejecutaron a la perfección: Cuatro pases completos en igual número de intentos, después de que antes esa misma segunda mitad Kupp sólo había completados dos pases.

Stafford había estado errático, incluyendo dos intercepciones, también hasta antes de esa última serie. Pero el entrenador de los Rams tuvo la confianza en que en algún momento la combinación de su quarterback con su receptor, el que ganó la Triple Corona por pase, iba a funcionar.

 "Matthew y Cooper maximizaron sus oportunidades", dijo el entrenador de los Rams, Sean McVay.

Igual sucedió a la defensiva. Las estrellas como Aaron Donald y Von Miller se desempeñaron cuando su ofensiva tardaba en carburar. Siete capturas no son habituales en ningún partido de futbol americano de la NFL, mucho en el Super Bowl, como sucedió al quarterback de los Bengals Joe Burrow.

Miller y Donald se combinaron para cuatro capturas y 11 jugadas de presión sobre Burrow, incluyendo 10 en la segunda mitad, en la que los Rams en general generaron 53 por ciento de presión. Es decir, sofocaron al quarterback en los dos cuartos más importantes.

"Los muchachos se desempeñaron como deberían", agregó McVay. "Por eso somos campeones".

Los Cowboys comenzaron la temporada con tremenda explosión ofensiva, mientras la defensa se establecía, tomaba ritmo y aprendía a jugar junta con el nuevo coordinador Dan Quinn.

En la segunda parte del año, la defensa tomó vuelo y la ofensiva se desplomó. Eso no puede suceder a un equipo que se consideraba contendiente a la corona de la NFL.

El receptor premier, el que cobra más caro y el que puede estallar mejor que nadie, no puede tener una temporada de 17 partidos con 68 recepciones y 865 yardas. Hay que mandarle el balón y él no puede dejar caer pases elementales.

El mejor corredor no puede tener nueve acarreos en tres de cinco derrotas en la temporada; sólo por mencionar algunos ejemplos.

Del lado defensivo, es igual, los jugadores estelares tienen que aparecer en los momentos más complicados consistentemente.

Los Cowboys tienen que encontrar la manera de aprovechar todos sus recursos; de limar los niveles de estrés provocados por las imprecisiones y sus estrellas tienen que comportarse en el campo como tales.

Y si eso no alcanza, habrá que ir por refuerzos, en cualquiera de sus modalidades, aunque los Cowboys tienen más que una base puesta.

Los Cowboys recién terminaron una temporada de 12 victorias y título divisional que no es cosa fácil, si se considera que en el 2021, el Este de la Conferencia Nacional dejó de ser la peor en resultados de la NFL. Eso hay que dejárselo al Sur de ambas conferencias.

Por lo pronto, los Cowboys ya de nuevo están entre los cinco principales favoritos ante los apostadores para llegar al Super Bowl XLII, a jugarse en 12 meses.

Ahora sólo falta salir a ejecutar, a partir de septiembre…

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