FRISCO, Texas â Los Cowboys estĂĄn convencidos de que ya no es opcional mezclar y balancear mĂĄs el backfield con los corredores Ezekiel Elliott y Tony Pollard, a quien de una manera u otra han dado mĂĄs juego conforme pasan las temporadas.
Es natural que asĂ sea. Pollard llegĂł reclutado en una cuarta ronda del draft para regresar pateadas, en especial de salida; la posiciĂłn en que se estableciĂł como uno de los mejores del paĂs, aunque lejos de ser un corredor colegial de alto perfil.
Elliott, en cambio, siempre desde que comenzó a jugar futbol americano infantil ha sido un corredor estelar de desempeño completo; con y sin el balón en sus manos.
Desde que llegĂł a Dallas ha sido utilizado de tiempo completo. Sus mĂĄs de 22 acarreos por partido en las primeras tres temporadas, cuando tuvo juegos de mĂĄs de 35 provocaron cuestionamientos al entonces entrenador en jefe, Jason Garrett, sobre la durabilidad de su jugador.
Con diferentes palabras, pero al final el mismo significado, Garrett dio a entender que analizarĂan el futuro cuando llegara su tiempo.
El futuro ya llegĂł. Elliott ha comenzado a sufrir lesiones con mayor tiempo de recuperaciĂłn. Ha tenido que "reconstruirse" como jugador y estilo. Utiliza mĂĄs su experiencia, preparaciĂłn y conocimiento del futbol americano que el talento natural que lo convirtiĂł en una estrella universitaria en Ohio State y la selecciĂłn cuarta global del Draft del 2016.
Pero dista de ser aquel jugador que podĂa utilizar su explosividad para crear huecos y jugadas por si mismo y con mĂnima ayuda de su lĂnea ofensiva; aquel que podĂa ganar mĂĄs de tres yardas promedio despuĂ©s del primer contacto con varios defensivos sobre Ă©l.
Por supuesto que es menos explosivo y que buena parte de su trabajo las Ășltimas dos temporadas tienen que ver con reconocimiento de las defensivas, bloqueo, ajustes por carrera y pase, y muchas cosas mĂĄs.
AhĂ es donde debe entrar Pollard, que ha hecho de su explosividad y cambio de velocidad una carrera profesional; igual por tierra que por pase o regresando patadas de salida.
Sin embargo, Ă©l mismo estĂĄ consciente de que su posiciĂłn atrĂĄs de Elliott es cĂłmoda y puede alargar su vida en la NFL, dentro y fuera del cambio de juego; que parte de su Ă©xito tiene que ver con las defensas esperando el juego fĂsico de su compañero para entrar fresco y rĂĄpido, cuando su nĂșmero 20 es llamado.
"En definitiva siento como que voy a dar mi måximo para sacar provecho de cada oportunidad que me dan", dijo Pollard el jueves, después del entrenamiento. "Entre mås me den, mås puedo beneficiar al equipo".
Pollard puso sus mejores nĂșmeros la temporada pasada, cuando recibiĂł la mayor cantidad de oportunidad. SumĂł 130 acarreos para 719 yardas y 39 recepciones para 337 yardas; 15 recepciones para primero y 10.
Sus 5.5 yardas â la quinta mayor cifra en la NFL y tercera en la historia de la franquicia- por acarreo prendieron mĂĄs el fuego de los crĂticos de Elliott, quien estuvo la mayor parte de la temporada jugando con una lesiĂłn de ligamentos de rodilla.
Esos mismos crĂticos y muchos aficionados mĂĄs, han pedido mayor participaciĂłn titular de Pollard, para quien terminarĂĄ el contrato que firmĂł en su año de novato y serĂĄ elegible para agencia libre sin restricciones en el 2023.
Pero Pollard nunca ha sido un corredor de tiempo completo en la NFL. Muchas cosas pueden ser diferentes cuando el promedio de acarreos por partido en sus primeras tres temporadas no llega a los nueve; mucho menos el tener que ser bloqueador por obligaciĂłn o tener que reconocer las maniobras defensivas, en especial cuando llega el blitz sobre el quarterbacks.
Esa ya es otra historia que Elliott puede escribir a la perfecciĂłn en todas sus facetas. Y claro que todo por servir se acaba, en especial en la NFL donde la vida de un corredor es corta, en especial aquellos que son fĂsicos y fueron usados hasta el cansancio.
Por supuesto que los Cowboys evaluarån la situación de Elliott dentro y fuera del campo, en cuanto a desempeño y dinero se refiere, cuando termine la temporada. Pero antes tienen que tratar de aprovechar el lujo de tener dos corredores que superaron las mil yardas combinadas y que pueden complementarse a la perfección.
Mike McCarthy ha podido hacerlo mucho mejor que Garrett. TodavĂa falta y esa serĂĄ parte tambiĂ©n de la evaluaciĂłn que harĂĄn al final de la prĂłxima temporada. No sĂłlo con Elliott; tambiĂ©n con Pollard porque una eventual salida del primero no necesariamente tendrĂĄ que reflejarse en el trabajo del segundo.
Ante la lesiĂłn de Michael Gallup y la salida de Amari Cooper y Cedrick Wilson, Pollard podrĂa ver mĂĄs acciĂłn como "receptor", ya sea interno o abierto.
"Estoy abierto a cualquier cosa con tal de estar en el campo y ser capaz de aprovechar mis oportunidades", dijo Pollard. "Si tengo que alinear en el slot un poco mĂĄs, voy a hacerlo. Estoy listo para hacer lo que sea".













