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5 Claves del Juego: Cardinals vs Cowboys | Semana 9

Cardinals_Cowboys

Se acaban los grĂĄnulos del reloj de arena.

Tanto Cowboys (3-4-1) como Cardinals (2-5) llegan a la novena jornada buscando lo que los equipos con marca ganadora tienen: continuidad y juego complementario.

Por su lado, el equipo de Jonathan Gannon busca encontrar el caminito andado que les diera victorias ante los Santos (1-7) y Carolina (4-4) para luego aflojar en cinco juegos consecutivos ante San Francisco (5-3), Seattle (5-2), Tennessee (1-7), IndianĂĄpolis (7-1) y Green Bay (5-1-1), derrotas que fueron por mĂ­nimas diferencias.

De momento, estĂĄ en veremos el poder ser protagonista en enero, tomando en cuenta que, con su presente marca perdedora, pudieran aspirar a simple y sencillamente incomodar a los equipos que se perfilan hacia enero con marcas ganadoras, mientras compiten por banderines divisionales y por colocarse dentro de los comodines.

Los pajarracos llegan de su descanso obligado, y entre las dudas del momento estĂĄ si Kyler Murray pudiera estar listo para reaparecer luego de dos juegos completos fuera por lesiĂłn en el pie, o serĂĄ, de nueva cuenta, el mariscal de campo nĂłmada Jacoby Brissett quien maneje el autobĂșs del equipo visitante.

Los Cowboys de Brian Schottenheimer siguen arrastrando la cobija complementaria luego de otra salida, de tantas esta semana, sin valla defensiva; pero ahora, ante Denver, hay que agregarle que la ofensiva de Dak Prescott dejĂł de amenazar en la derrota 44-24 en los parajes de la Ciudad de la Milla Alta.

Remontémonos a la primera serie ofensiva de Denver: pase interceptado de Bo Nix por el novel Trikweze Bridges en campo contrario, y por castigos y una ofensiva sin profundidad se tuvieron que conformar con un gol de campo.

Los anfitriones llegan como la ofensiva nĂșmero dos, con 384.1 yardas totales por juego, corriendo para 120.4 yardas por cotejo, siendo la dĂ©cimo tercera mejor de la liga. Al momento de pasar, nĂșmero uno total con 263.8 yardas por juego. La defensiva del coordinador defensivo Matt Eberflus es la 31 de 32, permitiendo un total de 404.6 yardas totales por juego; la 29 ante el acarreo, al son de 146.0 yardas por juego, y de nuevo la 31 de 32 por aire, con 258.6 yardas por juego.

Los desérticos tienen la ofensiva 22 en yardas totales, con 310.3 por encuentro; vigésima con el acarreo, tabulando 110.4 yardas en promedio, y la 23 en cuanto a surcar los aires, con 199.9 yardas promedio. La defensiva del coordinador Nick Rallis también anda a media tabla, permitiendo 335.7 yardas por juego: doce ante el acarreo, con 100.9 yardas, y 25 ante el ataque aéreo, permitiendo 234.9 yardas promedio.

Son verdaderamente nĂșmeros que reflejan la necesidad de verse detenidamente al espejo en busca de una borrosa identidad rumbo a esta crĂ­tica novena jornada, donde Arizona viene del descanso obligado y Dallas irĂĄ al suyo con la esperanza de igualar su marca en el .500 de porcentaje.

Pero vayamos a las cinco claves de otro encuentro de los Cowboys ante estos exrivales de la DivisiĂłn Este, desde 1970 al 2001, donde la marca de todos los tiempos en temporada regular es de 56-34-1 a favor del capataz del AT&T Stadium.

Clave 1. Posible reapariciĂłn del hijo prodigo. Cuando se habla del rudo deporte de las tackleadas en Texas a nivel "prepas" el nombre de Kyler Murray suena como campana en domingo. Sus tres (3) campeonatos estatales con Allen High School fueron preĂĄmbulo de una exitosa carrera colegial en la Universidad de Oklahoma para luego pasar a ser la primera selecciĂłn de aquel draft ediciĂłn 2019 donde la franquicia del desierto presentĂ­a tener a su jugador franquicia. Las cosas no le han salido como hubiera querido, siendo este 2025 ejemplo vivo de su trayectoria — dos victorias para abrir plaza, entradas y salidas en las siguientes tres derrotas y luego fuera por lesiĂłn en el pie para el 2-5 donde se encuentran varados. Su ĂĄngel en el Metroplex es indiscutible pero esta en veremos si sale bajo centro o es de nueva cuenta el ĂŒber-suplemente Jacoby Brissett el que salga al ruedo.

Clave 2. Regresemos a lo mas bĂĄsico. El equipo Vaquero anda de momento perdido sin timĂłn ni remos en pleno mar abierto. No hay otra manera de describirlo. Claro que las lesiones son factor, considerando las ausencias de los Hooker, Wilson, el Diggs de antaño, Beebe y la esperanza de ver a Overshown y al novato Revel. El rudo deporte de las tackleadas se rige con lo que el buen "Schotty" a promulgado desde su toma de poder — que se pare el siguiente. Pero esos "siguientes" no han dado el kilo, y nos referimos al lado defensivo de la ecuaciĂłn. Los nĂșmeros no mienten, como dirĂ­a Bill Parcells, "eres lo que tu marca dice que eres". En tiempo de crisis, porque ha eso se ha llegado, se mira alrededor y se revierte a jugar sin revuelo donde de pronto se vuelve un ejercicio en repetir lo que puedes hacer bien, por lo mĂ­nimo que sea. En este caso la defensiva arrastra a una ofensiva y para poder salir el atolladero es tiempo de verse al espejo.

Clave 3. El orgullo al frente. La exasperaciĂłn de la NaciĂłn Vaquera es palpable en todos sus sentidos, y tal parece que para estos Cowboys llegĂł el momento de ponerse la estrella en el pecho y defenderse ante un rival que como tiburĂłn sabe que hay sangre en el agua. Brian Schottenheimer insiste que el esfuerzo sigue siendo visible y consistente, pero para nosotros detrĂĄs de la barrera no hay mucho rescatable con un equipo que no tiene la identidad marcada y presumida. La respuesta de Dak Prescott al cuestionamiento de su identidad fue, "somos un equipo 3-4-1", y a estas alturas ya no es posible decir que les queda mucho futbol americano de por medio. La posibilidad de no poder solventar a esta versiĂłn de los Cardenales debe ser una verdadera espina en el dorsal de cada elemento del equipo azul plata, desde utileros, reservas, titulares, asistentes y coordinadores que junto con la directiva saben que hay un "hasta aquĂ­" y a estas alturas hay lo que hay y a ver como le hacen. Es tiempo de fajarse y no decepcionar al respetable.

Clave 4. La matemĂĄtica no miente. A estas alturas se comienzan a delinear las separaciones entre los contendientes y los pretendientes. Caso extremo los Jets (1-7) de Terry Glenn con su tĂ©trico teatro semanal y del otro lado el resucitado Daniel Jones que tiene a a los Potros (7-1) y su aficiĂłn al borde la histeria. Para los Cardenales, ellos ya navegan en las aguas de la segunda divisiĂłn y la mera verdad las posibilidades de cumplir con una racha de victorias que lo pusieran en el aparador son remotas, mientras que los Cowboys todavĂ­a tienen una vela prendida. Muchas dirĂĄn bajo las circunstancias, Âżcual vela?, y pues quien los cuestiona porque este deporte se basa en los resultados. Pero a estas alturas el ir al descanso obligado con otro moretĂłn debe motivar a que el plantel sepa que ya los mañana ya son hoy. De nuevo, el gran Bill Parcells decĂ­a, "el ganar lo cura todo 
" pues mĂĄs apropiado no pudiera ser ese adagio ante estas circunstancias tan adversas.

Clave 5. Interesante serĂĄ el ambiente bajo techo. La versiĂłn del monstruo de 75,000 cabezas ante Washington fue cosa de fotografĂ­a del recuerdo — pañuelos revoloteando en cada esquina del coso en Arlington y una intensidad enviable. Luego de una semana larga con el resultado en Denver en el espejo retrovisor, la esperanza es que haya los suficientes aficionados presentes que sirvan de trampolĂ­n emocional para los gladiadores, que mostraron carencias ante el ambiente de carnaval en el Empower Field in Mile High. De vital importancia serĂĄ un comienzo controlado pero bĂĄsico, de ambos lados del balĂłn, donde no se tenga a un Jake Ferguson sin recepciĂłn alguna o la visiĂłn de ver a un Shemar James rebotado como palomilla mientras RJ Harvey pasa como tren enrarecido hacia las diagonales. Este pĂșblico tambiĂ©n juega, y como niño con su juguete navideño habrĂĄ que mantenerlos enchufados hasta que la soprano este lista para su aria.

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