De momento para estos vaqueros hay buenas noticias y hay malas noticias.
La buena noticia es que le quedan nueve juegos a la temporada regular. La mala noticia es que le quedan nueve juegos a la temporada regular.
Y es que a estas alturas y con lo que les queda en el tanque la realidad es difícil de aceptar para aquellos que siguen con la casaca puesta. Para aquellos que siguen y seguirán disfrutando del andar apuntando dedos entre risas y albures, pues esa es su sonada recompensa, el ver de pronto a una nave azul plata deambulando entre un mar cortado.
No se puede tapar el sol con dedo, dice el refrán, y menos con la palma de la mano. Lo cierto es que los Cowboys tienen que cumplir con el calendario a seguir, porque esta no es una faena boxística donde para el décimo round el "second" decide tirar la toalla al centro del cuadrilátero porque ya le dieron una suficiente "moquetiza" a su propio exponente en el ring.
Y lo mismo se puede decir de esta misma columna, porque el compromiso semanal es salir con cinco detalles que "dizque" iluminen el hecho que el domingo hay juego en el majestuoso coso localizado en el centro del Metroplex DFW del Norte de Texas.
No hay de otra.
Las Águilas de Nick Siriani llegan luego de una apurada victoria 28-23 en su propio patio en la ciudad de la hermandad donde un dudoso balón suelto de Saquon Barkley le abrió la puerta a los Jaguares (2-7) de Doug Peterson luego de ir abajo 22-0 en el tercer cuarto.
De no ser por un pase interceptado del apoyado interno Nakobe Dean en las meras diagonales con menos de dos minutos restando, Trevor Lawrence se pudiera haber vestido de verdadero héroe para la ciudad floridiana. Lo cierto es que la moneda estuvo en el aire hasta el final del cotejo con un esfuerzo loable del equipo visitante.
Pero así es esto del rudo deporte de las tackleadas. Uno puede ver lo acontecido con anterioridad, analizar los últimos esquemas y ejecuciones, escuchar a los pseudo-expertos, pero a fin de cuentas son los jugadores los que deciden lo sucedido y a sucederse en el terreno de juego.
Para esta décima jornada los Vaqueros tiene la ofensiva total número catorce de la liga, la 31 por acarreo y número dos con el pase. A la defensiva son la 27 total, 30 ante el acarreo y 18 ante el pase.
Por su parte estos pajarracos llegan con la ofensiva total número seis, número dos con el acarreo y la 20 via aérea. A la defensiva son la tres total, siendo la número cinco ante el acarreo y la número siete ante el pase.
Como parte de estos numeritos están los castigos, parte agónica del actual estado del equipo de Mike McCarthy, con sus 62 pañuelos para 446 yardas en contra ante los 51 para 378 yardas a desfavor para el equipo del enigmático Nick Siriani.
Con esto en mente vamos a las cinco claves del juego para la edición 131 de tan añeja y esperada reunión entre rivales divisionales.
Clave 1. Simplificar lo complicado. Comienza de nueva cuenta otra versión de la era Cooper Rush ante la lesión de Dak Prescott, que luego de una más profunda revisión, parece que va para rato. Con una marca personal de 5-1 entre un juego en el 2021 y otros cinco en el 2022, la última siendo una derrota ante estas misma Águilas, Rush ya ha probado la presión que conlleva el estar bajo la luminaria candente de la Nación Vaquera. La consigna ahora para la cúpula vaquera es el diseñarle una estrategia que competa con las herramientas del producto de Central Michigan que durante toda su carrera ha sido un segundón y volantazo. Para alguien que ha estado en la sombra del titular el llegar con un vehículo con solo tres ruedas complica el reto, porque si bien el simplificar la ofensiva conllevaría el darle el balón a un comité de corredores, los resultados anticipados pudieran opacar su rendimiento personal. Pase lo que pase, el ahora mariscal de campo vaquero se enfrenta a un verdadero reto y mientras sepa donde están la herramientas a emplear, lo menos complicado mejor.
Clave 2. Presionar con lo que se tiene. Se habló entre semana de la reaparición de Micah Parsons para esta décima jornada luego de verlo mucho más activo durante las prácticas en The Star en Frisco. Lo mismo no se puede decir de DaRon Bland, que luego de seguir con el juego de resortes con los expertos de la rehabilitación al margen de dichas prácticas, sigue en veremos. Otros jugadores tocados son los apoyadores Eric Kendricks y Marist Luifau, mientras que DeMarvion Overshown sigue mostrando que las ganas no faltan. Jalen Hurts es un verdadero dardo que de pronto sale por piernas, siendo el segundo mejor corredor detrás del sensacional Saquon Barkley, y la gran pregunta para una defensiva medio pérdida en el espacio es a quien pondrían como espía sobre tal amenaza. Lo cierto es que el reto es grande, y si gente como Chauncey Golston, Osa Odighizuwa y Carl Lawson, cuyo juego en Atlanta fue loable provocando un balón suelto, no despeinan al producto del la Universidad de Oklahoma, pues …. atrás "fielders" como dicen en el beisbol.
Clave 3. No pensar en el mañana. La presente situación de los Cowboys es complicada, y el decirlo como tal es un magneto de igual manera que sería decir que los Cowboys están en la cima del mundo. Ganen o pierdan sigue siendo un foco de verdadera atención en todas las plataformas. Para el vestidor vaquero la consigna es vivir en el ahora, punto. Practicar a conciencia, un día a la ves, una repetición a la ves. El llegar al vestidor del AT&T Stadium, calentar con intención y salir al ruedo del túnel como toro de lidia, aun cuando los momios estén tan en su contra que el burro arrastrador este tras la barrera listo para su macabra labor de llevarse el cadaver. Es lo que hay. No hay duda que los Cowboys tienen que tener un mejor comienzo en este juego, luego de arrastrar la cobija con otros titubeos tempraneros donde de pronto están remando contra la corriente sin remo alguno. Es tiempo de mostrar orgullo por la camiseta, aventarse al agua en el lado hondo sin "floaties" y pensar que el adagio de que "en cualquier domingo" les sea aplicable en otra confrontación ante tan odiado rival.
Clave 4. Juego de intercambios. Con un -7 en intercambios, la defensiva de Mike Zimmer se encuentra en medio del desierto Gobi sin un oasis a la vista. Gran parte del problema de su defensiva ha sido la falta de juego terrestre de su propia ofensiva, con tiempo de posesión en contra y la inoperancia en momentos de no poder estar en la banca vitoreando los logros de su propia ofensiva. Por ganas que tengan de arrebatar balones por ser una de las consecuencias de jugar con libertad y confianza, el taparse la cara mientras te dan golpes en la zona hepática es señal que el balance no es el adecuado y en una batalla de atrición como lo es este rudo deporte con su golpeo uber-frenético la tarea se torna mas difícil. No imposible, pero si difícil. Esta semana es toda la temporada en el balance, la semana entrante no existe para esta versión de los Cowboys en duelo divisional donde el contrario pudiera llegar sobrado y soberbio y haya la oportunidad del gancho al hígado que sea el elixir de una, en los ojos del universo de la NFL, improbable victoria ante lleno escandaloso.
Clave 5. Verle el lado amable. Lo que se dice fuera de los vestidores resulta ser una gran llamarada de crítica que ya se ha convertido en un intenso incendio forestal. Ya lo sucedido con anterioridad esta en los libros y para la Nación Vaquera que no ha decido excluir los colores azul y plata de su guardarropa y que no le han dado a su televisor/radio una patada con la bota vaquera todavía, la esperanza muere al último. Se espera una buena entrada y con el presente estado del equipo seguro habrá aquellos villamelones que se quieren plasmar en la pantalla gigante el AT&T Stadium en las buenas pero venden sus abonos en las malas, es vital que los Cowboys encuentren la manera de mantenerlos enchufados de principio a fin. El saber que algo bueno depende del bote impredecible del ovoide es una máxima de este deporte, y mientras se espera la patada inicial, esto esta cero a cero con la esperanza de regresar a la senda del triunfo.
