De pronto la significancia del cierre de temporada perdió su ardor.
Tanto Cowboys (10-5) como Lions (11-4) llegan con el pase de abordar en la mano para la gran fiesta, siendo la diferencia que los pupilos del pimentoso Dan Campbell siguen con miras a ser el primer sembrado de la Conferencia Nacional (NFC) en recta final ante unos de pronto reducidos gambusinos, mientras que los Vaqueros buscan simplemente la relevancia.
La verdad es que el perder un tercer juego al hilo rompiendo así la racha de ganados en casa de quince consecutivos remontándose a la temporada pasada se siente poco probable, tomando en cuenta el dominio que han ejercido en el coso en Arlington, pero el ver el plantel que llega de visita, pues, hay que darle una buena pensada.
El otrora ala cerrada originario de Clifton, Texas, producto de Texas A&M e integrante de tanto los Gigantes, Leones al igual de una paseadita con los Vaqueros como jugador cuando hizo dupla con un tal Jason Witten, ha declarado que recuerda con cariño esos Cowboys de los noventa cuando se proclamaba aficionado de aquellos equipos de Jimmy Johnson.
De hecho el mismo Campbell mencionó el hecho de jugar en el AT&T Stadium el mismo día de ver al propio Johnson entrar al Anillo del Honor será para el un momento que recordar en su larga trayectoria en el rudo juego de las tacleadas.
Para los Cowboys el ganar o perder tiene poca relevancia en el gran esquema de la eventual llegada a la postemporada. Con la derrota en Miami, y la un tanto apurada victoria de las Águilas ante los Gigantes, la esperanza de ser campeón de la División Este parece haberse esfumado. El ganar la división significa jugar en casa y este lujo sigue dentro de las probabilidades pero por demás remotas tomando en cuenta el rol de juegos de Philadelphia.
De nuevo es difícil no sentirse decepcionado por estas dos últimas derrotas. Ante Josh Allen y sus 84 yardas netas por aire fueron las 266 yardas por tierra que fincaron su desilusión, pero ante Tua Tagovailoa fue el clásico cántaro al agua que con el marcador 20-19 y escasos minutos en el reloj de juego con una defensiva que simple y sencillamente no pudo.
Los Cowboys llegan como la ofensiva seis en general, doce en el acarreo y seis con el pase. La defensiva azul-plata es la número siete de la liga, 19 ante el acarreo y cinco ante el pase. Por su lado los de la melena llegan con la ofensiva número tres total, tres con el acarreo y cinco al elevar el pase. Son la defensiva número quince de la liga, cuatro ante el acarreo y la 23 ante el pase.
Con los momios favoreciendo a los de casa por hasta 6.0, vamos a las cinco claves del juego de esta confrontación entre Cowboys-Lions.
Clave 1. Que salga la garra. La consecuencia de perder dos al hilo de gira es la gran duda que existe de momento con respecto a este equipo. La sombra es la noción de comenzar la postemporada al jugar de gira en, por ejemplo, Tampa Bay y arrastrar la misma cobija de los desastres en Arizona, San Francisco y Buffalo, porque el sondeo es tal donde las derrotas en Philadelphia y Miami fueron resultados atravesados con un Cowboys que lucho y se quedo en el camino. Ahora, el ganar o perder ante Detroit en juego de sábado en la noche en el papel es un tanto inconsecuente, pero esta no debe ser razón para tirarse a la hamaca, es el momento de comprobarse a si mismos que el ahora mejor equipo de la NFC se enfrenta a un perro rabioso. A ver si es cierto.
Clave 2. Ante un verdadero monstruo. El duo de David Montgomery y Jahmyr Gibbs debe estar dándole pesadillas al coordinador defensivo vaquero Dan Quinn. Ante Miami la combinación Mostert, Achane y Wilson se combinó para 23 acarreos con 91 yardas sin anotaciones, manteniendo honesta a la defensiva vaquera mientras que el duo en puerta fueron a la guarida de su rival divisional Vikingos y entraron en tres ocasiones a las diagonales con 23 acarreos y 135 yardas. Esto debe ser el foco de atención de los Mazi Smith, Demarcus Lawrence, Micah Parsons, Markquese Bell y Damone Clark. La salida de Rashard Evans para hacerle lugar al liniero ofensivo Matt Waletzko es otra faceta del duelo ante el juego de piernas de los Leones. El de pronto ver totalmente disminuido al plantel de apoyadores es preocupación a su eventual protagonismo.
Clave 3. Presión desmedida. Jared Goff ha tenido una temporada de ensueño y sus números lo delatan. Luego de llegar en intercambio uno-a-uno por Matthew Stafford ahora con los Carneros, ha sido una evolución con la posibilidad de llegar lejos en esta temporada. Lo cierto es que la presión debe sentirla desde un principio y con Micah Parsons al abordaje la meta es aturdir al güero y evitar que Amon-Ra St. Brown y Matt LaPorta puedan brillar. La razón primordial de las derrotas en Buffalo y Miami se debe a la escacez de balones recuperados y cambios de posesión tanto por intercepción o a causa del golpeo frenético por una secundaria con mentalidad guerrera. La esperanza vaquera ante los Leones, Comandantes y la postemporada se finca en volver al plano de causar cambios de posesión y eso se tiene que sentir desde el silbatazo inicial, especialmente de regreso a su majestuosa casa.
Clave 4. Pensando en enero. Volvemos a lo mismo, la motivación presente del equipo de Mike McCarthy. Claro que quieren ganar, y el preguntarles sus intenciones es escuchar de la importancia de la preparación, la disciplina y la ejecucción. Una pregunta es la condición de Tyron Smith, que no ha practicado durante la semana y seguro estará fuera en la jornada 16 en casa. Es válido cuestionarse si este fuera un juego relevante donde el campeonato divisional o el primer sembrado estuviera de por medio, ¿se encontraría la manera de alinearlo? No hay duda que su rendimiento sigue siendo de All-Pro y que gente como Chuma Edoga no tiene el nivel necesario, y el viajar en enero la primera semana amerita quizá tenerlo en algodones, pero de nuevo, la motivación debe ser ganar para fomentar esa actitud que en este deporte el ganar cura todos los males.
Clave 5. Buenas noches. Tal parece que se cierra el telón para el AT&T Stadium edición 2023-24 y de nuevo no habrá que sacar los manteles largos en la postemporada. En el 2021 recibieron a San Francisco y perdieron, en 2018 ganaron en casa ante Seattle pero la emboscada fue en el Coliseo de Los Ángeles ante los Carneros, en 2017 recibieron a los Empacadores de Aaron Rogers y de nuevo fueron despachados y en 2015 recibieron a Stafford y los Leones con victoria en el coso en Arlington solo para perder en el Lambeau Field en el afamado "fue o no fue" de Dez Bryant. Esta temporada se apagan las luces y de ganarle a un motivado Leones terminarían invictos en casa, algo que a estas alturas pues no tiene la relevancia que uno quisiera. Lo cierto es que el respetable manda y no será ninguna sorpresa ver una marabunta de vestidos azul y plata felino ya que la apatía de algunos aficionados vaqueros los pudiera separar de sus abonos por unos cuantos dolaritos.
