LOS ÁNGELES -- Es probable que la noticia más importante del domingo para los Cowboys no sea que vencieron a los Chargers en Los Angeles, a pesar de que su defensa tuvo muchos problemas para defender en situaciones clave.
Para los Cowboys, el aspecto más importante es que sacaron un improbable triunfo 20-17 con los jugadores que tenían disponibles, corriendo el balón como solían hacerlo en el pasado y provocando turnovers del rival en momentos trascendentes del juego.
Los Cowboys llegaron al Sofi Stadium sin cinco jugadores que fueron titulares defensivos en el primer juego de la temporada, incluidos los dos alas y un safety, frente a una ofensiva de los Chargers que puede generar yardas y puntos, por carrera, pero sobre todo por pase.
"Este equipo tiene una increíble ética de trabajo", dijo el entrenador en jefe de los Cowboys, Mike McCarthy. "Necesitábamos ganar hoy. Necesitábamos que la confianza viniera con este triunfo. Excelente gane para nosotros. Este es uno de los juegos en los que podemos construir".
La defensiva sufrió, como sucede casi siempre en épocas recientes, pero consiguió dos intercepciones que fueron clave en el marcador.
El quarterback de los Chargers Justin Herbert tuvo poca presión la mayor parte del partido, que fueron fundamentales para que consiguiera 338 yardas completando el 75 por ciento de los 41 pases que intentó. Pudo moverse y comprar tiempo atrás de la línea de scrimmage cuando necesitó.
Incluso, completó 108 de sus yardas con Keenan Allen, para quien los Cowboys parecían no tener respuesta.
Pero la defensa de Dallas apretó en momentos y se las ingenió para permitir sólo 17 puntos, encabezados por Micah Parsons, quien el miércoles por la tarde se enteró que jugaría buena parte del partido como ala defensiva por vez primera desde preparatoria.
"Ese muchacho es una bestia", dijo Zeke Elliott. "Puede ser un linebacker élite. Puede ser un ala defensiva élite. Me alegro de tenerlo en nuestro equipo".
Del resto se encargo, como es costumbre, la ofensiva que sólo tuvo 237 yardas de Dak Prescott, sin touchdown y con una intercepción, aunque 198 yardas por carrera, entre ellas 109 de Tony Pollard, a pesar de no tener a dos titulares, La'el Collins y Michael Gallup.
"Tony es un corredor completo", dijo Elliott, quien en 16 acarreos logró 71 yardas. "Puede correr y recibir . Puede bloquear. Nosotros estamos aquí para ayudar".
El equipo mostró carácter para reponerse a errores, desconcentraciones y aparente mal manejo del reloj, como sucedió después de la última jugada ofensiva cuando tuvieron que pedir tiempo extra y mandar a Greg Zuerlein a intentar un improbable gol de campo de 56 yardas para ganar.
"Necesitábamos esta victoria", dijo el receptor CeeDee Lamb, quien sumó 81 yardas en ocho completos. "Regresamos a hacer lo que sabemos y como jugamos nuestro futbol".
Los Cowboys dejaron su marca en 1-1, antes de enfrentar en su próximo partido a uno de los tres equipos con los que empataron la punta de la División Este de la Conferencia Nacional, Philadelphia Eagles.
Además, evitó que los Cowboys comenzaran 0-2 por vez primera desde el 2010.
"Es especial", dijo Prescott. "Es construir un tabique. El primero de muchos".
