(Nota: El artículo original fue escrito por Patrik Walker, escritor para DallasCowboys.com, y traducido al español para SomosCowboys.com)
JACKSONVILLE — Por segunda vez en aproximadamente dos meses, los Dallas Cowboys no pudieron mantener una ventaja considerable contra un oponente que tenían en sus garras. En la Semana 9, fueron los Green Bay Packers, perdiendo ese juego por un gol de campo en tiempo extra. En la Semana 15, fueron los Jacksonville Jaguars, quienes se recuperaron de un déficit de 17 puntos para obtener una victoria de 40-34 en tiempo extra con un pick-six para sellar el juego.
Ay.
La secuencia de eventos que llevaron al colapso es larga e incluye cómo su gran comienzo en conversiones de terceras oportunidades se redujo a cero en el tercer cuarto, los dos touchdowns permitidos por la secundaria cuando Trevor Lawrence atacó fuertemente a Kelvin Joseph, las luchas en la defensa contra la carrera, y más, en una segunda mitad que no vio a los Cowboys volver con vida hasta que finalmente fue demasiado tarde.
Sin embargo, lo que sucedió al final del último cuarto es lo que finalmente perseguirá a los Cowboys mientras miran el video de este juego, tenerlo en la mano (a pesar de su lista de errores autoinfligidos) pero no poder ejecutar cuando más importaba.
Luego de un balón suelto forzado que potencialmente salvó el juego contra Trevor Lawrence por parte del profundo Jayron Kearse, recuperado por Micah Parsons, los Cowboys tomaron posesión en su propia yarda 38 con una ventaja de 34-31 y los Jaguars dominando sus tres tiempos fuera.
Dos entregas más tarde, a los Jaguars les quedaba solo un tiempo fuera y los Cowboys se enfrentaban a una tercera y 10.
Con un primer intento los Jaguars se habrían visto obligados a detener el reloj y, como tal, Dallas teóricamente podría haber usado a Ezekiel Elliott o Tony Pollard por tierra para agotar el reloj no solo en la siguiente jugada, sino también en una situación de patada de despeje (40 segundos).
Eso significa que había una posibilidad, en el peor de los casos, de que los Jaguars realizaran su despeje de Bryan Anger con aproximadamente 40 (más o menos) segundos restantes y sin tiempo fuera, teniendo que recorrer la mayor parte del campo para llegar a la posición de gol de campo.
En cambio, en tercera y 10, Dak Prescott retrocedió y lanzó un pase por la línea lateral izquierda a Noah Brown que cayó incompleto, deteniendo el reloj y permitiendo que los Jaguars retuvieran su último tiempo fuera mientras tomaban posesión con más de un minuto por jugar en el reloj.
Cuando se le preguntó sobre la decisión, Prescott explicó.
"Fue un uno contra uno", dijo. "Tuvimos una ruta de cruce con CeeDee [Lamb] y le pusieron dos o tres hombres. Solo traté de lanzarlo profundo y darle una oportunidad a Noah [Brown]".
Siete jugadas más tarde, los Jaguars empataron con éxito el juego con un gol de campo de 48 yardas al final del tiempo, usando su último tiempo fuera para ayudar a forzar el tiempo extra, donde finalmente ganaron el juego después de que el pase intencionado de Prescott a Brown rebotara en él a manos de un back defensivo de los Jaguars para la intercepción ganadora del juego.
Por su parte, el entrenador en jefe Mike McCarthy dejó en claro que no jugó por tiempo extra.
Estaba jugando para terminar el juego en ese tercer intento.
"La decisión allí [al final del tiempo reglamentario] fue, ofensivamente, ¿juegas conservador y corres el balón para matar el tiempo [del reloj], o intentas ganar el juego?". dijo McCarthy. "Es una decisión simple. Si se convierte, es una gran llamada. Si no lo haces, te critican por ello".
Al igual que con cualquier riesgo, hay una recompensa esperando al otro lado o hay un castigo. Hubo numerosas ocasiones en la era anterior a McCarthy en las que el cuerpo técnico de Dallas fue criticado por muchos por "jugar para no perder" en lugar de "jugar para ganar".
Con la oportunidad de corregir instantáneamente todos los errores de su equipo durante los 58.5 minutos de fútbol americano anteriores, con una ofensiva de los Jaguars en aumento contra una defensa lesionada de los Cowboys, McCarthy y el coordinador ofensivo Kellen Moore intentaron el tiro mortal.
A veces, en el pasado reciente, ha dado con su objetivo, pero, en este domingo en Jacksonville, la bala rebotó y golpeó a los Cowboys en el pecho. McCarthy sabía que había una posibilidad de que pudiera, pero dada la situación, apretaría el gatillo nuevamente.
Pero, mejor aún, sería que los Cowboys ya no se dispararan en el pie.
